viernes, 11 de agosto de 2023

28 DE JULIO DE 1990

 


Cuando el electo Presidente Alberto Fujimori empezó a tomar conocimiento del real estado de las finanzas públicas y de la situación general del país no cabe duda que esto confirmaría que la tarea que le esperaba era digna de gente con carácter y con capacidad de decisión.

Hoy muchos hablan alegremente y subliman lo que pasaba en el Perú. Eramos un país inviable que sufría las consecuencias del desastre económico cuyo origen no se remontaba solamente a los 5 años anteriores sino hasta el desastroso primer gobierno de Belaúnde.

Frecuentemente escucho y leo a algunos que desean volver al estatismo, a las empresas quebradas que financiábamos todos los peruanos. Mucho tardamos en darnos cuenta que la salida era la Economía Libre.

El campo y las ciudades eran verdaderos campos de batalla en los que el Perú se enfrentaba a las bandas terroristas y pocos días antes del cambio de mando decenas de cabecillas del.MRTA fugaban de una cárcel de alta seguridad por un túnel construído ante la vista y paciencia de las autoridades.

Hoy en día, 33 años después, hay quienes aún hablan de "la desinstitucionalización" del Perú como si hubiéramos vivido en "un país de maravillas". El hartazgo no es de ahora sino de aquellos años 80s en los que "los políticos" de antaño fueron cómplices silentes o asolapados" del  terrorismo y también tontos útiles al haber permitido el avance del comunismo cuyas primeras manifestaciones se dieron a inicios de los años 60.

Los herederos políticos de aquellos hoy tienen la desvergūenza" de hablar de "la dictadura fujimorista" como si muchos de ellos no tuvieron total libertad para oponerse y participar en sucesivas elecciones desde la que eligió a los constituyentes en 1992 y en general, en la vida política del país.

Otros hablan de "la corrupción" como si el Perú hubiera estado boyante y al terminar el tercer gobierno del Presidente el Perú no hubiera sido otro país. Un país que logró resucitar gracias a drásticas medidas económicas; a la lucha contra el terrorismo mediante una nueva estrategia y a un gobierno eficiente que trabajó para revertir el estado de quiebra no solo económica sino social y política.

Hoy escuchamos a algunos alzan su voz en favor del indulto al Presidente Fujimori; algunos buscan sacar algún rédito, otros lo hacen por principios. Sin embargo nadie hace algo concreto.

Aquellos que hablan del respeto del Estado de Derecho callan cobárdemente ante la carcelería del Presidente Fujimori debido a la negativa del Estado en cumplir su indulto, avalado por una sentencia del Tribunal Constitucional.

Unos callan y otros, los herederos y cómplices del terrorismo, hablan de una sentencia por delitos de "lesa humanidad". Debido a repetir miles  de veces de una mentira la han transformado "en verdad". Haber derrotado al terrorismo es "el mayor delito" que le achacan a Fujimori; mientras que otros que viven "en las nubes" sostienen que Fujimori está preso "por corrupción".

Ni mentiras, ni ignorancia o silencio cobarde; Fujimori Libertad¡


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