Nadie presagiaba en el 2017 que un oscuro e histriónico profesor pondría -años más tarde-en peligro al Perú con la complicidad de aquellos que lo acompañaron en una huelga magisterial, de una sarta de mercantilistas corruptos y de hasta un grupo de curas filocomunidtas. Detrás del corrupto y golpista estaba un proyecto protervo auspiciado por el Foro de Sao Paulo (uno de cuyos representantes en el Perú es Vladimir Cerro) y por el neomarxismo del Grupo de Puebla; quienes no solo tenían el apoyo desembozado cubano y boliviano sino de quienes representaban la ilegalidad (minería, tala, narcotráfico, contrabando) así como de fachadas del terrorismo que asoló el Perú en los años 80s y parte de los 90's.
Muy pocos se percataban del avance del abiertamente mensaje antisistema. Como dice Nicolás Lynch Castillo y los suyos no escondieron ni maquillaron éste y con él ofrecieron "un nuevo destino" para muchos desposeídos ("no más pobres en un país rico").
Lo que sucedió entre el verano del 2021 y el 6 de junio de ese año (fecha en que se realizó la segunda vuelta electoral) se puede explicar por la ignorancia de muchos, el hartazgo, la credulidad de quienes compraron "el cuento del profesor rural, rondero y agricultor" (nada de eso era sino un vil y vulgar ladrón) y unas nunca esclarecidas irregularidades que no tengo dudas de que hubo en un proceso electoral fraudulento.
Muchos sabían quién era Pedro Castillo, desnudado en una entrevista de Diego Acuña en febrero del 2021, mas aún así nos embarcaron en esa aventura electoral con su voto, sus maniobras, sus avales, su odio (expresado en sus antis) y su oportunismo e intereses subalternos.
Cuando aquel fatídico 19 de julio del 2021 el JNE proclamó "ganador" a Pedro Castillo; el Perú entró a una noche oscura que duró 506 días.
Los primeros actos "de gobierno" dieron cuenta del desconocimiento de gestión; el nombramiento de alguien como "puka" Bellido en el cargo de Primer Ministro; el sainete en la Pampa de Ayacucho y la improvisación para elegir a una sarta de impresentables en las diferentes carteras ministeriales (con angurrientos pedidos de por medio). El primero en caer fue el filoterrorista Héctor Béjar, que fungía de Canciller, tras 19 días en el cargo. Su salida se produjo tras la respuesta de un grupo de oficiales en retiro de la Marina de Guerra ante infundios y insultos proferidos contra esta institución por entonces ministro.
En total el infausto paso de Castillo por la Casa de Pizarro estuvo acompañado por 5 Primeros Ministros y de 78 ministros, cada quien peor que su antecesor.
Dos hechos pintan de cuerpo entero qué se buscaba. Uno constituído por las frenéticas "visitas" de individuos a la caza de un puestito o un puestazo con el único objetivo de llenarse los bolsillos. Otro fue el reconocimiento de una facción sindical allegada al senderismo terrorista en el primer día util de agosto del 2011. En medio de ello, actitudes dignas de patriotas que no cejaron de marchar oponiéndose al proyecto cleptocomunista y el gesto digno del General EP César Astudillo, entonces Jefe del CCFFAA, quien pidió "su pase al retiro" antes que presentar su saludo al fantoche que se decía "presidente".
La historia aún no está contada en toda su extensión. Será tarea de un mayor esfuerzo para desmitificar lo que fue; no solo un intento fallido de iniciar un proceso político sino sobre todo un proyecto trunco de una organización criminal que buscó llenarse los bolsillos hasta con la compra de papel higénico o el pago de una cocinera.
Hoy se cumplen ocho meses del inicio de la caída de un ladrón, de un incapaz y de un ignorante que falsificó una tesis para "ser magister". No actuó solo. Con él robaron su familia más cercana, sus amigos y camaradas "sindicalistas" y una sarta de cómplices que hasta hoy no están en la cárcel.
La justicia debe alcanzar (mas no debe tardar) a esa sarta de rateros¡
Totalmente de acuerdo, todos estos corruptos deben estar en la carcel
ResponderBorrar