A finales de los años 80's el Perú se debatía en una crisis económica sin precedentes. Quién no recuerda los efectos de la hiperinflación; todos éramos "millonarios" pero de nada servían "los intis millón", una manera burda para esconder la perdida de valor de nuestra moneda, no cada mes sino en minutos o segundos.
El desánimo y desesperanza cundía; las expectativas (negativas) alimentaban la crisis no solo económica sino de todo orden. Solo algunos pueden hoy intentar borrar los efectos del terrorismo y del descrédito de una clase política que había destruído las bases de la Democracia (no en los últimos cinco años sino desde 1963, por lo menos).
Similar panorama sufre hoy el pueblo argentino. Tras los resultado de las PASO, el peso cayó hasta un récord histórico (715 por dólar); mientras los precios escalaban a un punto que la inflación llegaba a los dos dígitos en el presente mes. Nadie sabe cuáles serán los precios en los siguientes días; la crisis terminará siendo "el motor" que impulse el crecimiento de la candidatura de Javier Milei.
Cada vez que un argentino desee tomar una taza de café (cuyo precio ha subido un 20% por la devaluación del peso) recordará con bronca a los candidatos que representan al desastre y querrán que los días vuelen para jubilar en las urnas a los corruptos e incapaces.
Hay algunos que pretenden justificarse o atacan a Milei queriendoo frenar un ascenso imparable como el que sucedió en 1990 en el Perú. Ya es tarde.
Lo que se tenga qué hacer, se tendrá que hacer. No es hora de heterodoxia o de soluciones progresivas. El paciente "Argentina" está en UCI. A cortar por lo sano¡
No hay comentarios.:
Publicar un comentario