Hace 33 años tuve la oportunidad de viajar a Alemania por motivo de estudios. Una de las cosas, de las muchas,
que me sorprendieron fue la calidad del servicio público de pasajeros. Era ya un sistema integrado donde podías combinar diversos formas (subterráneo, tranvía, buses y aún embarcaciones fluviales y lacustres) pagando un solo pasaje, en una sola ventanilla o máquinas automáticas.
Ni qué decir del buen manejo de los conductores, la puntualidad del servicio y la calidad de los diversos tipos de unidades.
Cuando regresé en julio de 1990 fue una de las cosas que más extrañé. El caos del transporte en Lima Metropolitana se había profundizado, la aparente solución que pudo ser el servicio de combis no lo fue tal (el remedio terminó peor que la enfermedad) y la línea 1 del Metro no fue continuada por mezquindad política. Tardaron casi 20 años en terminarla. ¿Se imaginan qué sucedería hoy en día sin ese servicio?
Hoy la Línea 2 se construye "a paso de tortuga" y la factibilidad de las otras 4 líneas aún está en estudio. El colmo¡
Gracias a la Línea 1, al Metropolitano y a los diversos Corredores (rojo, azul y morado; que abarcan 15 líneas) en algo se ha avanzado pero los concesionarios sufren graves problemas financieros por la competencia de unidades informales que hace rato debieron ser extirpadas (combis, cousters y colectivos).
En ese camino está la Autoridad de Transporte Autónomo de Lima (ATU) que tomado "el toro por las astas" ya ha empezado con el desvío sel transporte informal a fin de que los concesionarios no sufran los efectos de la competencia desleal y los ciudadanos puedan transportarse en unidades de calidad y no en "chatarra rodante", que es incluso un peligro para la vida de los limeños.
Que la ATU persista en esta tarea y en poco tiempo podamos vivir en una mejor ciudad. Para hacer tortillas, hay que romper huevos¡
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