Ayer no fue un aniversario más de la Operación Chavín de Huántar. Lo que sucedió en el llamado pompósamente "lugar de la memoria, reconciliación e inclusión social" se puede resumir en lo expresado por el Comando César Astudillo Salcedo -General de División EP (r), ex Comandante General del Ejército y Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas- quien sostuvo que si el 22 de abril de 1997 se rescataron rehenes secuestrados por un puñado de terroristas, hoy ha empezado "el rescate de la verdad y la memoria, justo en el lugar de la memoria".
Diversos colectivos (no todos los que marchamos contra la cleptocracia comunista) fueron convocados por Gisella Sánchez, hija de un policía asesinado por terroristas, quien preside una Asociación que vela por los deudos y las víctimas del terrorismo.
Con la presencia de miembros de la Patrulla Tenaz y veteranos de la guerra contra el terrorismo, se rindió homenaje a los caídos, que dieron su vida por la Patria.
Fue un acto simbólico en un lugar que no por gusto se le señala como difusor asolapado del terrorismo. Para muestra basta un botón. Fue indignante que justo en un día como el de ayer, pusieran en la entrada del auditorio, donde se realizó el homenaje, una sumilla de "un libro" que hace apología a la organización terrorista mrta. O acaso exagero cuando digo esto luego de leer lo escrito en referencia a El Fin del Futuro, donde se sostiene que "en el Perú hubo una guerra civil, que "el mrta hizo intentos violentos por derrocar al estado", se refiere al terrorista Sistero García como "comandante rebelde del mrta" y como cereza del pastel de estiércol, repite lo dicho por un tal Brown, que "este libro es un complemento invaluable para estudios de la cruzada (sic) más conocida del Partido Comunista del Perú -Sendero Luminoso". Esto estaba expuesto como "bienvenida" a todos los que asistimos a este homenaje y que gracias a mi insistencia fue retirado.
Ni qué decir de la mezquina ausencia del director del "lum" Manuel Burga y la falta total de gestos como anfitriones al no prender siquiera las luces a la salida del evento.
Un gran esfuerzo de los organizadores que -a mi entender- fue empañado cuando ante gritos espontáneos que recordaban al Presidente Alberto Fujimori, no solo no se corrigió esa omisión por cierto no involuntaria (ni una mención a él), sino se les hizo callar so pretexto de que era un evento en homenaje a los comandos y a quienes combatieron el terrorismo. ¿Acaso Alberto Fujimori no fue el Presidente que dirigió el proceso de Pacificación? Como diría el gran Victor Raúl Haya de la Torre, para entender un proceso social hay que hacerlo en un análisis del espacio y tiempo histórico. Ningún hecho se puede aislar del momento político que se vivía hace 27 años.
Lo de ayer es un paso adelante para rescatar la memoria y la verdad. A unir esfuerzos y no olvidarnos de quienes fueron parte de la historia en los años 90's y de la reciente.
* Foto de lo expuesto líneas arriba
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