El brunch normalmente es ofrecido los domingos pues es el día que tienen más tiempo las familias, a quienes está dirigido esta forma de tomar desayuno.
Un brunch ofrece frutas de todo tipo; jugos; yogurt de varios tipos, granos y frutos secos; panes recién salidos del horno; embutidos y quesos; café, leche y diversas infusiones; bizcochos, kekes y pasteles e incluso saltados en base a carne de res o pollo o los infaltables Chicharrón, camote frito y tamales.
Otra variedad de brunch es el desayuno que ofrece el Wa Lok en el Barrio Chino en base a bocaditos como el Jacao o Sumai, pechuga de pollo al sillao, Cha Siu, empanadas de carne de cerdo, Arroz Chaufa y las infaltables teteras de Té humeante.
El brunch es consumido entre las 9 y 12 del día no dejando por tanto la posibilidad de almorzar.
Sin embargo qué mejor si toma este desayuno bruch en casa. Lo mejor es la mesa familiar, un desayuno macrobiótico y suculento.
Empezamos por cambiar el pan blanco por granos andinos
junto con una ensalada de frutas variadas. Podría ser fresas, rándanos y rodajas de kiwis, melón y de
mango kent. Agreguemos una buena porción de yogurt sin sabor y miel de abeja.
Previo a esto, un
vasazo de jugo de naranjas recién hecho…de
ley.
Para acompañar el
café recién pasado (nada de café soluble); cocine unas papas amarillas o peruanitas, fría un
par de huevos y acompáñelos con una buena rodaja de queso Paria. Y si desea,
acompañe todo con un par de rodajas de tocino frito.
Para quienes no toman un contundente desayuno se les abre la posibilidad de almorzar lo que ofrece un buffet como el de Rústica de Barranco, por citar uno de los más concurridos. Sopas, Ceviches diversos, diversas entradas, salteados, platos criollos y diversos postres.
Otra de las ofertas que ofrecen buffets de comida china, de pastas o de platos marinos.
Está de moda ir a los buffets, donde por un monto
fijo “comes todo lo que quieras”. Lamentablemente, “todo lo quieras no es todo
lo que puedes” y por tanto uno termina pagando más de lo que consume. Así es en
la gran mayoría de los casos.
¿Entonces qué hacer para que no nos sigan agarrando
de tontos?
Primero,
averigue qué platos son las especialidades del lugar donde vamos a ir.
Segundo,
vea cuáles de esos platos son de su gusto y proceda a hacer una lista de cosas
que le gustaría comer. Tome en cuenta de no comer pan por más calientito que se
lo ofrezcan, menos papas, arroz y fideos a la vez.
Tercero,
si va a comer varios cosas no las ponga todos en el mismo plato. Evite mezclar
sabores pues con ello terminará hastiado.
Cuarto,
escoja lo que vaya a comer. Sugiero que la mejor forma es escoger una entrada, una sopa o crema (si le gustan) y un
segundo contundente. Al final escoja uno o dos postres. Recuerde que en la gran mayoría de sitios las
bebidas no están incluidas y aumentan la cuenta en forma considerable.
Quinto,
para armar un menú le sugerimos un buen cebiche con solo un pedazo pequeño de camote y choclo; si
es invierno, una buena crema o sopa cae a pelo y para segundo, un frejol con seco o un lomo saltado (sin arroz) es la voz. Y de postre, una mazamorra morada se impone.
Sírvase porciones generosas y no solo saldrá a
gusto sino verá que la relación precio/consumo habrá sido la adecuada.
Y ya lo sabe, no desperdicie comida pues hay mucha gente que pasa hambre y sufre por ello.
Y por supuesto, no deje de rezar para que todos tengamos paz y felicidad en nuestras casas y por supuesto, para que no falten los recursitos. Nunca están de más¡¡
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