Así gritaban a fines de los 90s aquellos que hoy realizan las mismas prácticas deleznables de aquellos años.
Por esos años un asesor llenó el mercado con pasquines de dudosa calidad y peor gusto. Escandaletes, sangre y mentiras poblaban las primeras páginas. Luego sabríamos con qué oscuros intereses y métodos.
Pero no sólo fue reprochable aquello sino el papel que cumplieron en particular dos diarios. Uno vocero de sendero luminoso, El Diario, que circuló por un buen tiempo siendo cajón de resonancia de los crímenes terroristas y el otro fue La República que no sólo puso en peligro la Operación Chavin de Huántar (publicó en primera página detalles de la operación) sino que estuvo cuántas veces "era necesario" de espaldas a los intereses del Perú como en la Paz con el Ecuador y el Gas de Camisea, por citar dos casos. Este mismo en estos últimos 20 años ha estado a favor de gobiernos corruptos e incluso el propio Montesinos acusó de ser uno de sus topos a uno de sus mandamases.
Hoy en día estamos en las mismas. Mentiras, odio y promoción del caos y de aberraciones por doquier. Ayer fueron pagadas con dinero cash; hoy lo son con publicidad estatal. Los que ayer eran los "éticos", hoy son las waripoleras que "crean opinión" a favor del gobierno de turno.
Afortunádamrnte existen medios digitales que al menos compiten en las redes sociales como La Abeja, El Montonero, Catarsis y Harakiri, Café Viena, entre otros. Sin embargo resultan insuficientes para complementar el trabajo del diario Expreso.
Como dijimos ya hay espacio para nuevas publicaciones sean diarios o de otra periodicidad para educar, formar opinión y fiscalizar al poder con la verdad e independencia. Y si algunas representan a una tendencia, lo hagan éticamente y no con odio repugnante como un semanario que destila bilis o diarios de un tiraje y lectora mínima cuya función es estar colgados en los kioskos esparciendo mentiras.
Basta de prensa basura!
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