Hace un par de semanas reseñamos cómo el Presidente Belaúnde a quienes sus herederos políticos lo llaman un "auténtico" demócrata impulsó el golpe de 1962 y en 1979 pretendió algo similar pero sin lograr su objetivo esa vez.
El primer gobierno de Belaúnde terminó en un golpe de estado a causa de su impericia e incapacidad para gobernar y sumido en una coyuntura de graves casos de corrupción.
En 1980 tuvo una segunda oportunidad. Volvió gracias a una elección aluvional de gente que escuchó "sus cantos de sirena". Fui a su cierre de campaña en Paseo Colón y entre otras cosas ofreció provocar lluvias "bombardeando nubes" en el desierto y con ello hacerlo fértil así como hacer productiva la selva.
Pues no hizo eso ni nada para desmontar el Proyecto Comunista del Velascato y en el plano económico fue un desastre pese a contar con un Ministro de Economía a alguien como Manuel Ulloa.
En esos años no sólo se desencadenó la crisis económica (inflación, devaluación, recesión y un gran desequilibrio fiscal) incubada en los últimos 12 años tras el desastre de su primer gobierno sino que en su mandato se dejó de pagar la deuda externa comercial creando una gran crisis, quebraron varios bancos (BIC, BANCOPER y otros) y se usó bonos de corto plazo para cubrir el déficit fiscal. Incluso los sueldos terminaron pagándose en un porcentaje con ellos.
La crisis obviamente no sólo fue económica. El terrorismo hizo metástasis, grandes escándalos de corrupción y narcotráfico explotaron en la cara del gobierno involucrando a figuras del partido de gobierno y de sus aliados del PPC.
Está vez Belaúnde sí tuvo mayoría en ambas Cámaras del Congreso (en el Senado en alianza con el PPC) y el pretexto de su primer Gobierno no pudo ser usado para explicar un segundo y concluyente fracaso.
Pesé a algunas obras públicas, Belaúnde heredó al joven García un país en franca crisis la que acentuó el gobernante aprista por su desconocimiento del manejo económico, por la corrupción y por su irresponsable voluntarismo.
El Tercer Belaundismo (sin Belaúnde) fue el epílogo de una forma de hacer las cosas. Paniagua, presidente provisional, entregó el Perú al caviaraje y permitió una serie de medidas que abrieron las cárceles a cientos de terroristas en esos años y varios años después a delincuentes que habían sido condenados a cadena perpetúa como el asesino Cárdenas o la terrorista Garrido Lecca.
La mentira y el odio que engendró el regreso del terror en versiones aún a solapadas tienen su origen en la llamada "comisión de la verdad y reconciliación" cuyos "frutos" vemos hoy en el mal llamado "lugar de la memoria".
Qué no nos vengan a mentir de nuevo quienes se dicen "herederos" de esa incapacidad nefasta.
Caricatura de la revista OIGA
Estoy de acuerdo con ésta publicación,FBT fue un gobierno débil. A los terroristas los llamó abigeos y había 10% de inflación mensual ...
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