El pasado jueves hemos sido testigos cómo un grupo de vándalos irrumpió en el Ministerio de Trabajo so pretexto de reclamos sindicales, destruyendo todo a su paso.
Justo el día que los peruanos celebrábamos el vigésimo séptimo aniversario de la captura del cabecilla terrorista, Abimael Guzmán y parte de su cúpula, estos sindicalistas "clasistas" parecían querer homenajear al terrorista.
Fue como viajar por "el túnel del tiempo" tal cómo los protagonistas de una serie televisiva de los 70s lo hacían. Al igual que enlos 80s, congresistas comunistas emulaban a los que en aquellos años se ponían del lado de la subversión asolapadamente usando al Parlamento como "caja de resonancia".
No me queda duda que son los pasos que anteceden a otro intento de desatar un baño de sangre. Un gobierno débil y aliado de quienes buscan deslegitimar la Democracia es "garantía" para encaminar al Perú al despeñadero tal como lo fue el segundo gobierno de Belaúnde.
Esperamos que lo sucedido el pasado jueves no sea la chispa que encienda los coches bomba o las cargas de explosivos que tumben las torres de alta tensión. Qué no sea el fuego de artificio que anuncie el ILA2.
La incapacidad para gobernar destruirá el Perú en el mediano plazo pero la inacción para combatir la subversión empezará a destruir el Perú ahora mismo.
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