Hay quienes aprovechando un clima emputecido venden "falacias, mentiras y odio" sabe Dios con qué intenciones.
No de ahora, ciertas personas se regodean con las desgracias, carencias y fracasos y se sienten felices de ser "los anunciadores del Apocalipsis" en vez de promover y ser parte del cambio.
Pero en medio de esos mensajes muestran su total desconocimiento sobre lo que comentan. Justifican ello repitiendo mentiras o leyendas urbanas, en todos los aspectos; sea en lo importante como en lo que -según Valdano o quizás Sacci- es "lo más importante de lo menos importante", o sea el fútbol.
La cantidad de inexactitudes y mentiras son de antología. Un par al menos; uno que la gente no va a los estadios y otra, que la U no paga el agua del Monumental. Qué se informen primero.
No podemos negar que el fútbol peruano no está en su mejor momento. ¿Estuvo antes peor o mejor? ¿Alguien recuerda la selección del brasileño Pepe o habrá leído siquiera de los fracasos de 1961 y de 1973?
Nuestro fútbol a nivel de selección siempre estuvo escalones abajo que Brasil, Argentina y Uruguay salvo en 1969 que eliminamos a Argentina, cuando le ganamos en la Copa América de 1975 a Brasil y en 1981 cuando eliminamos a Uruguay.
Quizás muy pocos recuerdan la Copa América de 1975 y menos aún aquel Sudamericano de 1959. Algunos dirán que no habían nacido, ¿pero para qué está la historia?
Muchas veces nos hemos ilusionado como en la clasificación a México70 en donde ganamos a un equipo que llegaba como sorpresa (Bulgaria) y a Marruecos y perdimos contra el tercero de aquel mundial (Alemania) y el campeón Brasil, jugando uno de los mejores partidos de la historia de los mundiales. En aquel mundial Cubillas fue considerado la Mejor Promesa Joven. Aquella década fue la mejor de nuestra historia aunque tuvo también sus nubes como en 1973 y la vergonzosa goleada en Argentina78 frente al local (6-0).
Pese a todo hubo destellos y también sombras. Grandes jugadores que brillaron y también fracasaron.
Sin embargo y pese a todo después de 36 años, en el 2018 regresamos a un mundial (los malaleche dicen que fue de casualidad). Muchos se entusiasmaron, compraron camisetas de la selección y se autotitularon "la mejor hinchada del mundo". Pero nada es sostenible sin esfuerzo y trabajo. Hoy volvemos al pesimismo y a la crítica fácil. ¿Dónde está la mejor hinchada del mundo que no va a alentar a nuestra selección sino a aplaudir al rival y a dedicarse a grabar el partido con el celular? Realmente la estupidez convertida en espectadores.
El panorama no es el mejor. Ya muchos dan por eliminada a la selección y apuestan que Bolivia y Venezuela nos ganarán. Se "alegran , se alocan" pensando que acertarán en su pronóstico.
Así es el fútbol, dice un dicho para explicar lo inexplicable; las derrotas de casi siempre y los triunfos sorpresivos.
Don Pésimo y Doña Malaleche siempre han existido, existen y existirán; pero al menos que se informen, que no repitan mentiras o hablen estupideces.
Para muchos aficionados "de verdad", el camino hacia el Mundial2026 está empezando y está por transitarse a pesar de las carencias y errores.
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