Hoy tras 488 años de fundación española, hablamos de de un presente que dista muchos años atrás de aquel 18 de enero de 1535. Sin embargo pese a que en sentido estricto Lima fue fundada en esa fecha no podemos dejar hablar de sus orígenes sea geográficos o de los primeros habitantes que poblaron este espacio. Sean aquellos los primeros que se instalaron en la costa o los que construyeron la primera huaca en Paraíso (San Martín de Porres).
A la llegada de los españoles, gobernaba Taulichusco sobre cuyas propiedades Francisco Pizarro fundó Lima y alrededor de ellos Diego de Almagro diseñó lo que llamamos el “Damero de Pizarro”. Otro famoso nombre es el del Capitán Gerónimo de Aliaga, propietario de la casona que es en la actualidad la más antigua de la ciudad, cuya fecha de construcción data de 1535.
Junto a estos nombres vinculados con la fundación española de la ciudad, queremos hoy recordar a personajes típicos de la Lima de hoy y ayer, algunos de presencia firme y otros ya en extinción o en vías de estarlo.
Frente a los choferes y cobradores de combi y conductores de mototaxi, hoy se alzan los conductores del Metropolitano, de los Corredores y del Tren Eléctrico, servicios que han revalorizado la forma de trasladarse de un punto a otro de la ciudad, por donde están sus vías. Otro de los personajes que a diario observamos en las esquinas o paraderos de los buses son los llamados “marcadores” quienes indican los tiempos que separa un bus de los otros que han pasado antes que ellos por ese punto. En un corto plazo es posible que tanto estos últimos como los choferes y cobradores de combi desaparezcan y en su reemplazo esperamos ver conductores cumplidores de la las normas de tránsito y cuyo servicio sea, ojalá, mejor.
Otro de los personajes que hoy se muestra orgulloso y reconocido es el “cheff” a quien antes se le llamaba con cierto desdén, “cocinero”. Con el boom de la gastronomía, hoy miles de personas trabajan brindando “sabor, color y aromas del cielo”. Sin ellos Lima no podría seguir siendo la misma.
En las esquinas no solo del Centro Histórico sino de muchos distritos de la capital, el emolientero es otro de los personajes que es parte del paisaje social. Considerado por muchos como el “que cura de todo con diversas hierbas y preparados”, hoy ha ampliado su “carta” y brinda también nutritivos desayunos donde destacan la maca, la quinua, la avena acompañadas de sabrosos sanguches de tortilla, palta u otros acompañantes.
Hay personajes que poco a poco han desaparecido con el paso del tiempo y de la modernidad como el cartero, aquel hombre a quien esperábamos con ansiedad por ser portador de noticias. Hoy el e-mail y las redes sociales lo han jubilado para siempre.
También recordamos el paso ya ausente del vendedor de “revolución caliente o del sanguito”; de los afiladores de cuchillos tocando su quena. Los caseros de los mercados de barrio y de las tiendas de “la esquina” cada día son menos y más los limeños que trabajan en un supermercado. Tampoco vemos ya los recicladores antiguos que se trasladaban en triciclos comprando papel, fierro u otros; hoy reemplazados por gente que busca botellas plásticas principalmente.
Uno de los personajes que si bien no desaparecido, pero sí se ha transformado. Me refiero al “policía del barrio”, gentil, amable y amigo de todos que hoy, desgraciadamente, se ha transformado en un personaje casi anónimo y muchas veces poco apreciado. Esperemos que vuelvan aquellos días que el ciudadano y el policía se saludaban amablemente.
Otros de los personajes que son cada vez menos vistos son los heladeros en sus triciclos amarillos de D Onofrío. ¿Quién no se acuerda de los antiguos helados Esquimo, Buen Humor, Pibe, entre otros. Hoy el consumo de helados ya no es solo parte del verano sino de todo el año, aún con frío.
Lima, al igual que muchas importantes ciudades del mundo, tiene una oferta importante de cafeterías y en menor cantidad de librerías. A las clásicas Bombiniere, Haití u otras hoy se le suma importantes redes de cafeterías en toda la ciudad y a la desaparecida La Familia le sobreviven El Virrey o la cadena Crisol, por citar un par de nombres. Ellas también son personajes de la Lima de hoy, como lo son las cadenas de cines que hoy han remplazado a los antiguos Metro, Le Paris, Colmena o Alcazar.
Finalmente, quiero traer a mi memoria recuerdos vagos de personajes de mi infancia temprana, cuando escuchaba a los vendedores de leche fresca, a los que expendían por mi barrio pescado recién salido del mar y también a los boticarios de los establecimientos de la zona, hoy reemplazados por cadenas transnacionales y muy impersonales, dicho sea de paso. Tampoco olvidemos a lps que no hace poco atendían en las casi desaparecidas cabinas de internet y locutorios.
Antes de terminar quiero recordar también a los barredores municipales que limpian lo que muchos ensucian; a los jardineros que embellecen los pocos espacios verdes de la capital; a los señores que trabajan recogiendo la basura en los camiones compactadores; a los serenos cuyo trabajo es poco comprendido y a veces también ineficiente; a los panaderos que trabajan en la madrugada mientras dormimos para que al levantarnos podamos comer el “pan caliente”; a los vendedores de diarios que en sus kioskos permiten que muchos se informen “al paso” de las novedades; a los trabajadores de construcción civil que desafiando las alturas son parte del boom inmobiliario; a los cargadores de bultos en el nuevo mercado de Santa Anita sin cuyo trabajo no llegarían quizás las papas a nuestro caldo; entre tantos y tantas ocupaciones de anónimos trabajadores que configuran un nuevo mapa social en la Lima de hoy.
Algunas voces nos hablan aún, en pleno siglo XXI, sobre “linaje colonial” o “auténticos limeños”, sin embargo ¿quiénes o cuántos de ellos pueden tenerla o ser considerados como tales?. Lima es otra ciudad, muy diferente a la que imaginan estas personas, qué duda cabe¡¡
No hay comentarios.:
Publicar un comentario