El trágico suceso en una universidad de Lima pone en evidencia la fragilidad de una generación a la que se le señala como "hecha de cristal" por cómo enfrenta situaciones límites. Pero ello no fue solo la noticia. Unas declaraciones fuera de lugar de otra joven estudiante respecto a ese suceso pone en evidencia el poco respeto a la vida humana de un sector de la población, que esperamos sea minoritario.
Sin embargo qué podemos reclamarle -incluso desde su propio centro de estudios- si connotados "intelectuales" promueven "el derecho" (sic) para disponer la vida de seres humanos concebidos, al que consideran "un avance en la sociedad". Si nos indigna el irrespeto a la vida, que ello alcance para condenar a los "pañuelos verdes".
Lo que sucede en nuestra Sociedad es realmente condenable. Ciertos oenegeros reclaman por "los derechos" de asesinos mientras que una gran mayoría sufre los ataques de gatilleros que se mueven con total impunidad.
Pero así como indigna esto, declaraciones de un ex presidente provocan igual asco. La corrupción es la gran responsable de tanta carencia material y moral, una de cuyas recientes víctimas ha sido el finado congresista Guerra García, çuya muerte ha sido blanco de insultos y burlas por parte de un grupo de gente emputecida por el odio y en cuyo espíritu anida solo basura.
Pero no contentos con ello, quienes deberían ser dignos representantes de nuestra Nación (los congresistas de la República) solo nos dan vergūenza y repudio, peor aún cuando sus actos (incluso) delincuenciales no son castigados con celeridad. Además el poco respeto a la investidura causa severas condenas en la ciudadanía. ¿Por qué no llevar una vida privada acorde con el cargo, congresista Amuruz? Usted es libre de hacer de su capa un sayo pero no manche el distintivo que le otorgó la Nación para que nos represente.
Esto no puede seguir así. El Perú requiere una refundación moral o nos hundiremos en el barro y el estiércol.
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