viernes, 27 de octubre de 2023

ES LA ECONOMIA

Cuando tratamos de entender los resultados de la Primera Vuelta en Argentina nos resulta incomprensible. Es como si el ministro de la hiperinflación César Vásquez Bazán hubiera ganado la Primera Vuelta en el Perú de 1990.

Cada país tiene sus peculiaridades y contexto histórico. A pesar de la gravísima crisis en los años 80s el peruano vivía recurseándose; el argentino de hoy vive de "los programas sociales" financiados con déficit fiscal (=emisión inorgánica=inflación).

Es de Ripley como una beneficiaria de uno de los tantos de esos programas sociales decía que un futuro gobierno de Milei los "obligaría" a trabajar. Esto pinta de cuerpo entero cómo se ha pervertido a muchos argentinos quienes prefieren estirar la mano que a sudarla.

Lo que falta para la Segunda Vuelta deberá servir para que Milei explique no "el cómo va hacer para cambiar las cosas" sino "qué va a cambiar"; siendo lo primero que deba decir es que devolverá el amor propio, la posibilidad de llevar a casa un pan con el sudor de la frente o sea de un trabajo digno. Para aquello ocurra deberá cambiarse a muchos el chip mendigante por el de la laboriosidad.

Es cierto que hay una pobreza estructural, marginal que demorará en salir de las carencias pero para ello está un Estado promotor de Deberes y como consecuencia de su cumplimiento el logro de derechos básicos de calidad, producto de propuestas novedosas como los planteados en asuntos de salud y educación  y malinterpretados exprofesamente por los que quieren perennizar un Estado Asistencialista y una sociedad "sin libertad".

Otra cosa que deberá explicar Milei es cómo el actual estado de cosas sola derivará en hiperinflación y miseria que no podrá ser afrontada por ninguna "platita". Eso no es sustentable en el tiempo. En pocos meses millones de argentinos primero empezarán a comer en vez de carne, las menudencias que hoy botan y luego tendrán que buscar en los barriles de desechos como en Cuba y Venezuela.

Los recursos son escasos y finitos, el día que "la maquinita" ya no pueda imprimir más billetes ese día habrá una explosión social que pondrá en riesgo la existencia de Argentina. Aquella de hace 100 años, próspera y pujante será un recuerdo lejano.

Hoy más que nunca está vigente la frase de Clinton a Busch ("es la economía"). Las leyes de ésta son concluyentes y no se pueden derogar por el deseo de un dictador, de un incapaz o de un demagogo.

Es la hora en la que los argentinos se ajusten los cinturones como nosotros lo hicimos el 8 de agosto de 1990 y sigan a un líder como Milei. Los buenos tiempos no demorarán en volver; sino, ya saben lo que les espera. Véanse en el espejo de los millones de venezolanos que constituyen una de las diásporas más grande de este siglo.


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