Han pasado casi 32 años y medio de aquel 5 de abril de 1992 y la bruma del tiempo ha posibilitado que se tejan una serie de mentiras y supuestas razones para "condenar" una decisión que de pronto terminó siendo no solo necesario sino imprescindible.
¿Y por que sostengo ello? No por apología a un quiebre del entonces "orden" (léase "desorden") constitucional sino porque era la única salida que había para hacer los cambios que permitieron consolidar y profundizar lo avanzado en los primeros 20 meses. Las grandes reformas económicas y la lucha contra el terrorismo no hubieran logrado los éxitos conseguidos si no se hubiera enfrentado a un Congreso obstruccionista y a un Sistema de Justicia cobarde que no solo no apoyó al avance contra el terrorismo sino lo obstruyó y en muchas casos hasta fue cómplice o tonto útil. Ejemplos de ello los citaré más adelante.
El año 1991 empezó con un grave enfrentamiento entre el Parlamento y el Ejecutivo por 15 artículos observados del Presupuesto de la República; uno de los cuales atentaba contra la austeridad (contrataciones en el Congreso). El propio Parlamento se autoconvocó para "examinar" ello en defensa de unos malentendidos privilegios, siendo potestad exclusiva del Presidente convocar a una Legislatura Extraordinaria.
Ya el DS 171-90 (casos de militares y policías que debían ser vistos por el Fuero Militar) había sido motivo de choque entre el Ejecutivo y el Congreso.
Otro incidente fue la impugnación en el proceso de ascensos de diplomáticos (29 de 290 ascensos) lo que ocasiona la renuncia del Canciller Marchand.
A ello se sumó el quiebre del partido de gobierno (Cambio 90) , la posición del ministro Pennano que pretendió ser oposición al Ministro Hurtado Miller y el baloteo de nombramientos de embajadores políticos, con excepción de Víctor Aritomi que ocupó el cargo en el Japón.
Sin embargo el trabajo de la Policía comenzó a dar sus frutos con la intervención en una casa en Monterrico en la cual no solo se captura a importantes mandos de sendero luminoso sino se obtiene el famoso video de "Zorba el Griego" con lo que se conoce a la cúpula terrorista. Un importante avance en la lucha contra el terrorismo.
En el aspecto económico, la profundización de los cambios toma cuerpo con el nombramiento de Carlos Boloña como ministro de Economía y de Carlos Torres y Torres Lara como Primer Ministro. Sin embargo la presencia del único izquierdista en el gabinete, Fernando Sánchez Albavera seguía siendo "una piedra en el zapato" al insistir en que "cualquier ajuste tenía que ser con rostro humano".
El obstruccionismo volvería a mostrar los dientes al desafiar al Ejecutivo cuando se deroga el DS 171-90 en ambas cámaras. El país ardía pero la clase política pensaba que se tenía que enfrentar al terrorismo con "guantes de seda".
En medio de ello surgió un inoportuno proyecto del IDL (De Soto) que propuso "democratizar las decisiones del gobierno" (normas del Ejecutivo refrendado por un consejo consultivo). Ello fue tomado como un intento de avasallar al Congreso y en algunos corrillos se empezó a hablar de "destituir al Presidente Fujimori". Meses después vendría la respuesta del Congreso que sería uno de los detonantes del "5 de Abril".
Pese a ello el Presidente Fujimori intentó dialogar con los partidos, situación que llegó a ser un intento lleno de desconfianza y ataques mutuos. A ello se sumó la ruptura de Cambio 90 que dió a luz a un movimiento llamado Democrático Nacional formado por los disidentes pero que no tendría futuro por personalismos de sus auspiciadores.
Por otro lado, el terrorismo seguía avanzando pese a golpes recibidos, lo que trajo consigo acciones desesperadas para frenarlo (atentados con "sobres bombas" a diferentes aliados asolapados del terrorismo, incluyendo la muerte de Melisa Alfaro, una colaboradora de Cambio, un órgano oficioso del mrta, contra el comunista Ricardo Letts y el abogado Augusto Zúñiga). Sin embargo hubo situaciones que hacían ver que era necesario un cambio profundo para enfrentar al terrorismo (la hija del cabecilla terrorista Osmán Morote, Elena Morote fue detenida como sospechosa de atentar contra el Vicepresidente San Román pero pese a tener en su poder dos cargas explosivas fue liberada por "no haber pruebas concluyentes" contra ella; así como la libertad de la terrorista Laura Zambrano tras cumplir una exigía condena).
Sin embargo estaba claro que se seguía caminando hacia el norte trazado, gracias al esquema liberalizador del Ministro Boloña y en lo político se empezó a enfrentar a la costra sindical a través de un Proyecto de Ley que normaba la existencia de los Sindicatos. Por otro lado se empezó a armar a comunidades campesinas con escopetas para enfrentar a los grupos terroristas así como se planteó la creación de un Comando Unificado de Pacificación y la decisión del Presidente Fujimori de dirigir personalmente la guerra antisubversiva. A ello los aliados del terrorismo llamaron "militarizar el conflicto".
La aceptación del Presidente Fujimori volvió a cobrar fuerza y tras un descenso subió de 38% a 52%, gracias a los avances en el plan de estabilización económica y al inicio del proceso de privatización de empresas públicas. Sin embargo hubo otras manifestaciones que preocupaban como la lluvia de piedras que recibió el Presidente Fujimori al ir a uno de los fortines de sendero, la universidad La Cantuta, el accionar de algunas oeneges de "derechos humanos, asesinatos selectivos, una de cuyas víctimas fue el aprista Orestes Rodríguez.
Al finalizar la Legislatura, el Congreso se había convertido en un actor opositor al Ejecutivo; siendo la Cámara de Diputados la más vociferante y de actitudes destempladas como las del comunista Letts, el circense Fernando Olivera y su "investigación" al ex Presidente García y con el coro mediático de Pedro Cateriano y -lamentablemente- de Lourdes Flores; Acción Popular ponía su cuota con García Belaúnde y Calmell del Solar; los francotiradores de Cambio 90 entre los que estaba Gerardo López aliado asolapado del mrta y como no, "la escopeta de dos cañones" de la bancada apristas. En el Senado, la situación no era tan desaforada pero no por ello opositora que le hacía el juego a los interesados deseos de Máximo San Román y los petardistas como el comunista Diez Canseco.
El discurso de Fiestas Patrias de 1991 pese a todo fue optimista y en el que se defendió las medidas del 8 de agosto de 1990 y las subsecuentes entre ellas la Reforma Fiscal y Agraria. Los resultados no tardarían en mostrarse en cuanto a la llamada Reinserción Financiera. Cabe señalar que ambas cámaras del Parlamento pasaron a ser presididas por miembros del PPC, Ramírez del Villar (Diputados) y Osterling Parodi (Senado).
Pese a todo la lucha antiterrorista sufría contratiempos como la constatación de la captura de las cárceles por parte de sendero luminoso (Canto Grande), la influencia terrorista en los Asentamientos Humanos (AAHH Raucana), el ataque a organizaciones vecinales (asesinato de la lideresa Juana López), el asesinato de sacerdotes y ataques a la Iglesia Católica, el asesinato del Almirante (R) Jorge Novoa y del General GRP (R) Julio Niño Ríos.
Los encontronazos entre el Ejecutivo y el Congreso volvieron a tomar cuerpo en medio de cambios ministeriales (salida de Carlos Torres y Torres e ingreso como Premier de Alfonso de los Heros) y el abierto anuncio del APRA que pasaba a la oposición. El Presidente Fujimori respondería atacando a organizaciones como América Watch y Amnistía Internacional, conciliadores con el terrorismo, y enfrentando al Secretario General de la CIDH Luis Jiménez. Hasta el Tribunal de Garantías Constitucionales "puso su granito de arena" impugnando leyes promovidas por el Ejecutivo. En esa coyuntura sucedió el operativo conocido como "Barrios Altos" contra elementos terroristas, según señala el finado periodista Víctor Robles Sosa.
Pero lo que fue el detonante que desencadenó el choque de trenes Ejecutivo-Congreso terminó siendo los 126 Decretos Leyes dictados por el Gobierno al amparo de la Delegación de Facultades, intento de apurar el cambio de "las reglas de juego" sin tener que pasar por lento trámite parlamentario. Los arquitectos de esta movida fueron Boloña, Yoshiyama y De los Heros. Estos Decretos Leyes buscaban impulsar las reformas económicas y dar un nuevo marco legal para la lucha antiterrorista.
El Congreso contraatacó impulsando interpelaciones, censuras, derogatoria de Decretos Leyes e impulsó el recorte de facultades del Presidente de la República y el rechazo de Delegación de Facultades.
La imperiosa necesidad de profundizar los cambios económicos y combatir el terrorismo fue señalada por el comunista filoterroristas Diez Canseco como "un intento de instaurar una dictadura autoritaria". A la par el terrorismo tenía una "bancada" agrupada en el llamado "bloque popular revolucionario", que luego tomaría de forma política en la organización llamada "patria libre", encabezada por Yehude Simons, Lucas Cachay, Cecilia Oviedo, Walter Palacios, Andrés Sosa, Américo. Gilvonio y otros, que luego fueron aprehendidos por su vinculación con el mrta. A ello se sumaba la infiltración senderista en sindicatos, movimientos barriales, magisterio, universidades y la difusión de publicaciones proterroristas como por ejemplo El Diario;, con la complicidad e inacción del Poder Judicial.
El desenlace estaba muy próximo. El Parlamento aprobó la ley que recortaba las Atribuciones Presidenciales y baloteó el ascenso de Generales y Almirantes, mientras la aprobación del Presidente Fujimori aumentaba producto de los éxitos económicos, algunos resultados en la lucha contra el terrorismo y también del acertado manejo del litigio con el Ecuador que tuvo un momento cumbre con la apoteósica visita de Fujimori a Quito.
El choque entre poderes volvería a producirse con las observaciones del Ejecutivo a 41 artículos del Presupuesto de 1992.
Ya se hablaba de una "bordaberrizacion" del régimen (gobierno cívico-militar), a lo que se suma el nombramiento del General Hermosa Ríos como nuevo Comandante General del Ejército, lo que algunos señalan como el inicio de "la militarización" a la par del DL713 Ley de Defensa Nacional, entre otras normas.
Junto a la obstrucción desde el Congreso, el Poder Judicial hacia su parte liberando terroristas y la Primera Sala Suprema absolvió al cabecilla Abimael Guzmán en un juicio por diferentes cargos. A ello se sumó el asesinato de María Elena Moyano, el ajuste al llamado "cinturón de hierro" (zonas periféricas de Lima) por parte de sendero luminoso, los asesinatos de cuatro militares en las afueras de la UNI y el funcionamiento de "fachadas" como los llamados abogados democráticos.
Uno de los tantos gestos en contra del Presidente Fujimori fue la aprobación "con las justas" para que viaje al Japón en plenas negociaciones para la llamada reinserción.
La cereza del pastel fue la acusación de la Primera Dama contra familiares del Presidente Fujimori por un supuesto mal manejo de las donaciones de ropa usada, la que nunca fue probada. Ello dio pie a que luego se dijera que una de las razones del "5 de Abril" fue tapar estas denuncias.
Algunas tiendas políticas no veían con desagrado quitar del camino al Presidente Fujimori y pretendieron promover al Vicepresidente San Román, más tarde frustrado "presidente provisional" tras el pronunciamiento del 5 de abril.
El último acto del choque de poderes fue la negativa de Fujimori de designar nuevos vocales supremos de las termas presentadas por el Consejo Nacional de la Magistratura.
Tras ello, no había otra salida que el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional anunciado la noche de 5 de abril de 1992. Quién crea aún que era posible combatir el terrorismo e impulsar los cambios que aún eran necesarios encorsetados por una Constitución como la de 1979 y sometidos a una clase política incapaz de apoyar las decisiones que se requería tomar, está equivocado.
La decisión tomada el 5 de abril de 1992 fue aprobada y apoyada por una enorme mayoría de la población (más del 80%), las Fuerzas Armadas y el empresariado; en tanto los partidos políticos que se opusieron a la medida terminaron descolocados y sin apoyo popular de al querer intentar oponerse e imponer a Máximo San Román cómo "presidente".
Los hechos y la historia finalmente le dieron la razón al Presidente Fujimori. El Perú resucitó, se derrotó al terrorismo y se impulsó una nueva Constitución, marco jurídico para llevar a cabo las grandes transformaciones que dieron en los siguientes años.
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