Los que vivimos los fatídicos años en los que actuó del terrorismo comunista hoy recordamos sus ataques y los comparamos con lo que hoy vivimos.
Secuestros, extorsiones, asesinatos selectivos y ataques indiscriminados sucedieron en el pasado y suceden hoy ante la incapacidad del gobierno de turno como lo fueron los igual de incapaces, los gobiernos de Belaúnde II y García I.
Para los desmemoriados que creen que la derrota del terrorismo sucedió por acción de unos cuantos y no por el liderazgo y mano dura del gobierno de Alberto Fujimori; es necesario refregarles en sus caras la historia, pero la verdadera; no la "narrada" por el caviaraje y los tontos útiles.
Qué frágil es la memoria que muchos olvidan que una Sala Suprema absolvió (así como leen) al cabecilla terrorista Guzmán en 1991 y fiscales así como jueces cobardes (cuando no cómplices) liberaban a feroces terroristas por "falta de pruebas" o les daban benignas penas que ni siquiera se cumplían. Todo ello hoy se repite con bandas criminales que entran y salen de las detenciones temporales como "Pedro en su casa" pese a haber sido detenidas en flagrancia.
Ni qué decir de la cárceles que en los años 80's eran "luminosas trincheras de combate" (sic), como hoy son "centrales de mando" desde donde se extorsiona y ordena asesinar.
¿Dónde están los ministros del Interior y Justicia o los organismos de control de la Fiscalía de la Nación o Poder Judicial?
¿Hasta cuándo no se promulgarán leyes de excepción que permitan combatir a la ola delictiva? ¿O es que el Congreso vuelve a ser un freno como lo fue previo al 5 de abril de 1992, cuando los cómplices del terrorismo hablaban de "defender derechos humanos" de asesinos?
¿Cuándo veremos carcelarias con 23 horas de encierro en prisiones sin complicidad con los reos, jueces sin rostro céleres, operaciones de rastrillaje y leyes ad hoc como sucedió en los años 90's?
¿O será que la inacción y complicidad volverán a poner al Perú al borde del precipicio?
No basta hablar de "terrorismo urbano"; hay que combatirlo hasta derrotarlo. Hoy surge un nuevo escenario similar pero con características propias como el uso de la tecnología, operaciones financieras digitales y comunicaciones a través de redes sociales; factores que facilitan el accionar delictivo y obligan a tener una policía no solo operativa en el campo sino en el ciberespacio.
Manos a la obra!
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