Pasaron los años y tuvimos que
empezar a tomar decisiones. Seguir una vocación que creíamos segura pero que no
fue; empezar luego al poco tiempo una carrera universitaria, un trabajo que afrontar
con todas las responsabilidades que conllevaba y al tiempo, tomar estado.
Algunas cosas las hicimos bien, otras regular
y en otras fallamos. Así es la vida. Cabe señalar que todo lo bueno que
pude hacer lo hice con el apoyo invalorable de mi madre y de mi hermano Juan,
quien asumió el papel de mi padre cuando él murió en 1972.
Llegará el tiempo, más temprano
que tarde, que debamos dar cuenta de nuestros actos y finalmente, ese será el
examen más difícil que debamos rendir.
El pasado lunes leí la siempre amena y aleccionadora columna de mi amigo
José Cevasco, en el diario Expreso, a quien admiro y trato de emular con
las variantes propias de nuestros estilos. Concuerdo plenamente con él en que
compartimos algunas vivencias, sobre todo con la gente joven. Es cierto que
nadie aprende de errores o aciertos ajenos pero al menos nos sirven de
referencias.
Es así que como cuando el buen
Pepe Cevasco le metió ganas y concluyó satisfactoriamente sus estudios en
España; a mí me tocó vivir una circunstancia que marcó mi estadía en Alemania
cuando gané una beca para seguir un Programa de Entrenamiento ofrecido por el
Dresdner Bank.
Resulta que cuando estuve las
primeras ocho semanas en Freiburg, el banco había pagado todos los gastos que
representaban mi estadía. Cuando escogí
una de las alternativas, hubo un sobrante cercano a los 2000 dólares.
Pude quedármelos sin informar nada al encargado del Programa pero decidí
comunicarlo en vista que consideré que era lo correcto. Así lo hice pero
entonces en el banco no había un procedimiento de devolución. Es así que me
autorizaron para que dispusiera ese saldo en vista que “ya había sido
desembolsado”.
Fue una grata sorpresa que
posibilitó hacer unas compras no previstas y viajar cada fin de semana de mi
estadía. Claro que al final del Programa hice un viaje largo por 14 países.
Está claro que hacer el bien o
portarse correctamente da réditos. Al tiempo, el propio banco me invitó una
semana de vacaciones en Berlín, que inicialmente no estaba prevista en el
programa original y viendo mi dedicación, “me sugirieron” que saliera después
del almuerzo, algo que consideré raro. Los alemanes mismos me “pedían que
chambeara menos”.
Actuar bien en la vida pareciera
más difícil así como tomar el camino más duro pero es lo que da más
satisfacciones en la vida. Uno deja gratos recuerdos de su persona y cómo han
visto, también da satisfacciones inesperadas.
Cómo dice Cevasco, espero que
esto lo lean sobre todo los jóvenes; hoy que vivimos un mundo sin valores y
siempre pensando en transitar “acortando tiempos, plazos y deberes”. Hacer el
bien SI REDITUA¡
Foto: porfirioflores.org
Excelente!
ResponderBorrar