Ayer veía un programa de
gastronomía donde participaba uno de los íconos del boom de la comida peruana, Gastón Acurio. Es cierto que mucho del éxito
de la internacionalización de nuestra cocina, de las inversiones, de la
exportación de decenas de productos y otros, se lo debemos al citado chef y a otros como
Israel Laura, Rosita Kimura, Javier Wong,
Virgilio Martínez, Cucho La Rosa, Pedro Miguel Schiaffino, Teresa Izquierdo y Humberto Sato;
pero también vale decirlo hay cientos de anónimos que han transmitido secretos
de generación en generación sin que hayan sido mencionados siquiera por quienes
se aprovecharon de sus conocimientos ancestrales.
Es cierto que todo lo que brilla
no es oro pero en este caso parece que sí lo fuera. Con distintas visiones
desde una ortodoxa hasta otra completamente ortodoxa pasando por las cocinas
regionales, incluyendo la novísima comida de la selva, hoy muchos hablan de
comida. Muchos se precian de saber y de ser sibaritas. Qué bueno que sea así.
Es parte del milagro peruano que fortaleció una clase media que ya no solo
busca saciar su apetito sino comer rico y en sitios elegantes.
Hoy en día en día hay variados
programas de gastronomía en la televisión de señal abierta y cerrada y muchas
escuelas que forman a los futuros chefs. Muchos jóvenes sueñan con ser
empresarios y no simple dependientes. En hora buena que sea así.
Sin embargo para que el sueño de
millones siga vigente es necesario que los gobernantes gobiernen. Que exista un
clima de paz y estabilidad de todo tipo así como de seguridad. Solo con ello
habrá inversión, por ende desarrollo y empleo adecuado. Es menester también que
todos los integrantes del círculo virtuoso de la gastronomía “se mojen”, desde
el empresario hasta los agricultores que se levantan al clarear el día para
sembrar o cosechar los ajíes, las lúcumas, las uvas, las papas nativas, los
frutos rojos y otros que terminan siendo ingredientes de riquísimos potajes.
Y ya que hablamos de ellos, se me
antoja un rico Ají de Gallina, que
muchas veces ni es picante ni es hecho con gallina sino pollo.
En primer lugar cocinemos una pechuga generosa de pollo,
sin piel y sin un atisbo de grasa. Reservar el caldo y luego deshilachar (no
tan fino) la pechuga ya cocinada.
Luego sofría cebolla cebolla roja en dados muy pequeños junto con una
porción de ajo molido; luego incorpore ají amarillo y panca (en menor
proporción), ambos molidos. Incorpore luego pan remojado en leche y cuando empiece
a hervir agregue la porción de pechuga de pollo ya deshilachada. Agregue queso
parmesano y unas pecanas molidas. Si la salsa está muy espesa, use un poco del
caldo de pollo.
Sirva una generosa porción del guiso encima de unas rodajas de Papa
Amarilla, de la firme, y al lado una porción de arroz blanco bien graneado.
Acompañe todo con unas dos aceitunas de botija, medio huevo duro y un poquito
de perejil bien picado.
Ya sabe cuando coma rico piense que hay miles de peruanos que trabajan
para que usted lo haga.
Buen provecho¡
Qué son "panca" y "pecana"?
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