miércoles, 29 de mayo de 2019

RESPETO A LA MUJER

Mi madre fue una mujer dedicada a su familia como muchas de su generación y no por ello nunca se sintió menos ni disminuida. Amó a su familia con todo su corazón y le dedicó  su vida a ella.  ¿Entenderán ello las feministas que se llenan de la boca atacando la familia y el papel invalorable que asumió la mujer en su momento?

Mi madre no solo fue ama de casa sino también contribuyó a la economía familiar haciendo ricos pasteles, empanadas y dulces, los que vendía en mi colegio y en el trabajo de mi hermano. En el hogar fue una gran financista que supo administrar los recursos escasos y darnos una vida sin que faltara lo principal aunque sí muchas veces lo accesorio, muy a pesar suyo.
Mi madre no estudió en la universidad, habiendo sido la mejor alumna de su colegio en Huánuco, no porque sus padres pensaran que como mujer no debía hacerlo sino por la sencilla razón que en ese entonces no teníamos familiares en Lima. Alguna vez  le escuché lamentar un poco esa decisión de mis abuelos de no enviarla sola a la capital pero nunca dijo nada en contra de aquella decisión.

Eran otras épocas, donde la mujer asumía otros roles en el hogar. Era el pilar de la familia, célula básica de la sociedad. Era madre, maestra, enfermera y también esposa.
En su momento se casó con mi padre y lo acompañó durante cuatro años por los viajes que hacía en el sur peruano, pues era agente vendedor.
A los 28 años fue madre, edad en la que hoy en día muchas jóvenes no piensan siquiera en serlo; aplazando la maternidad hasta un momento que el reloj biológico no le permite ser madre. Ante ello, la fecundidad asistida es la alternativa, incluso muchas veces sin la presencia de una pareja y la consecuente familia. La sociedad corre peligro con ello, sin duda alguna.

Hoy el papel y los roles de la mujer son diferentes, mas no por ello menos importantes. Hoy es empresaria, gerente de importantes empresas, políticas y otras actividades. Bien por ello. No hay sentido que no lo sea como tampoco lo hay en ese afán de algunos para que rivalice con el hombre como si sus derechos y mejoras sociales tienen que ver con una rivalidad mal entendida.
Que la reivindicación de la mujer sea entendida no como confrontación ni menos que algunos aprovechando esto  quieran asumir el papel de “mujeres” habiendo nacido varones. Está claro que las mujeres y los varones se complementan pero también son diferentes. Sino cómo explicar que las mujeres no pueden competir en iguales condiciones en determinados deportes y se ha dado casos en que hombres “disfrazados artificialmente de mujeres” han competido con mujeres con resultados dramáticos como la muerte de una peleadora en una confrontación de Artes Marciales Mixtas.


Basta de azuzar odios y que algunas feministas realicen manifestaciones aberrantes y que ofenden a una gran mayoría de la sociedad so pretexto de “protestar”. Respetos guardan respetos.

Foto: pildorasdefe.net

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