¿Es posible que una sociedad tenga futuro con una juventud sin valores, orden y disciplina
por citar tres pilares de la vida?
Claro que no. El éxito de una sociedad es el cumplimiento de
las normas. Sin ello vamos camino a su destrucción y ello bien lo saben quiénes
buscan pervertir y trastocar los valores.
Hay una agenda en marcha que desde el Estado busca destruir
el Orden Natural con fines y objetivos muy claros.
Es preocupante que nuestras más altas autoridades compartan
esa mirada que incluso busca la legalización de las drogas e instaurar una
“nueva memoria colectiva”.
Cuando niño me preguntaba por qué debía cortarme el cabello
o usar corbata. Me parecía hasta ridículo. Sin embargo, el tiempo me hizo ver
que eso era una pequeña práctica conducente a formar futuros ciudadanos
cumplidores de la ley.
Aún así no estamos exentos de actos algunas veces impropios;
los que luego nosotros mismos los
combatimos y adoptamos una postura crítica buscando mejorar como seres humanos.
Volviendo a la época de nuestra primera juventud, recordamos
las primeras fiestas a las que éramos invitados pero siempre teniendo una hora
tope de regreso, la que debíamos cumplir escrupulosamente. Ello nos ayudó a
tener disciplina y ya de adultos, a saber poner topes a la diversión. Cuánto
agradezco a mi madre que así fuera.
Poco a poco, fuimos teniendo cierta libertad cómo cuando
escogí qué estudiar luego del colegio y ya mayor de edad, supe administrar la
libertad que goza todo ser humano como para tomar estado, por ejemplo.
La vida nos enseña y nadie aprende de los errores ajenos. Es
cierto que ciertos consejos dados oportunamente nos permiten no cometer ciertos
errores pero es inevitable que ello suceda.
El ser humano no está libre de equivocarse, esto como fruto de nuestra
liberalidad para tomar decisiones. Sin embargo, la práctica previa nos hace
cometer menos errores en la idea que éstos enseñan pero hay unos que nos marcan
de por vida, sin posibilidad de modificar el rumbo.
Siempre escuché un dicho muy sabio por cierto. “Quien
escucha consejos, muere viejo” . Aquellos que añoran haber tenido la
experiencia actual cuando jóvenes, muchas veces olvidan que el hombre es el
único “animal” que se equivoca dos veces incluso en las mismas circunstancias.
Hagamos caso a los buenos consejos y seremos mejores
personas. “Un consejo hasta de un conejo”, no lo olviden.
Excelente artículo. Muchos éxitos. Siempre es un gusto, poder leer tus artículos.
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