En estos días tras marchas y contramarchas
se ha venido discutiendo la pertinencia de la importación de quinua de España, siendo este cereal originario de Perú.
Se han alzado voces reclamando
que se prohíba dicha importación sosteniendo una serie de razones, muchas de
las cuales apuntan a una visión contraria a la Economía de Mercado.
Recuerdo mucho las clases de
Microeconomía de mi recordado profesor Folke
Kafka quien didáctica e irrebatiblemente nos explicaba lo dañino que eran los subsidios, las barreras
comerciales y tanta distorsión que tenían algunos beneficiarios y muchos perdedores
que éramos finalmente los que “pagábamos el lonche” que sabiamente Folke decía
que “no era gratis”.
Eran los años 80s y por supuesto
que pocos apostaban por ello sino más bien por una economía cerrada y
estatista. Cuánto debimos sufrir para entender que ése no era el camino.
El Perú junto con Bolivia son los
principales productores y exportadores de quinua. Sin embargo, aún no somos lo
eficientes a la hora de tener mejor rendimiento por hectárea. En comparación
con los españoles, los productores pequeños producen 4 veces menos por hectárea.
¿Qué hacer? La agricultura es una actividad muy riesgosa. Ya lo hemos visto en
el caso de los cafetaleros de la Selva Central y ahora en el caso de los
agricultores altoandinos; sin embargo, a la hora de las utilidades ellos dicen
ser “´privados” pero a la hora de las pérdidas, más de uno pide que sean “socializadas”,
o sea que todos pagamos la factura.
Creemos que es hora de que las
diversas autoridades vinculadas al agro sepan primero en lo que están
metidas.¿Cuándo será el día que gente que sepa sea llamadoapara que dé su opinión? ¿Hasta
cuándo tendremos altas autoridades que no sepan dónde están paradas y decidan
en un sector del cual dependen millones de peruanos?
Es hora de la Economía de Mercado
pero con la intervención promotora del Estado
a través de diversos organismos como PromPeru,
Ministerio de Comercio Exterior, CEPLAN (¿para algo sirve hoy en día?) y otros.
No es posible que por malas políticas sanitarias y comerciales decenas de
productores se vieron perjudicados perdiendo millones de soles y que sin
orientación alguna, decenas de pequeños productores originaron que hubiera una
sobreoferta de quinua lo que finalmente influyó en el precio (¿acaso creían que la ley de la oferta y
demanda podría derogarse por decisión y voluntad de ellos?).
Desde niño comí quinua en casa
aunque alguna vecina mal informada decía que era “comida para pollos” obviando
el gran valor nutritivo de este cereal. Han pasado los años y seguimos con
consumos per cápita en el Perú poco importantes. Incluso los mismos
Programas Sociales no hacen compras significativas. Es hora que se promueva su
consumo, pero de verdad y no con “embajadoras
truchas”.
La quinua fácilmente puede reemplazar a la avena en los desayunos,
al arroz en los almuerzos y otros
cereales o ingredientes en los postres. Ahora mismo se me antoja una Quinua
tipo Risotto, una Mazamorra de Quinua con frutos rojos y un
refresco de Quinua con manzanas.
Basta de ignorancia, medio verdades e incapacidad¡
No hay comentarios.:
Publicar un comentario