Ayer se celebraron las elecciones presidenciales y congresales en El Salvador y como era de esperarse, el candidato Nayib Bukele arrasó con los restos de la partidocracia corrupta e ineficiente.
Un contundente 87% y 58 de los 60 asientos del Legislativo es el reconocimiento a una Democracia que funciona y soluciona problemas.
Para el pesar del globalismo derechohumanoide el pueblo salvadoreño premió al Presidente que derrotó al terrorismo de las bandas y organizaciones criminales. Claro, eso no le gusta a "wola, amnistía y otras oeneges", que se ponen del lado de los asesinos y no de las víctimas. Eso lo sabemos aquí también en el Perú.
Sin embargo no dejemos de mirar con preocupación el modelo de las democracias "plebiscitarias". Es necesario un verdadero contrapeso de poderes y que existan mecanismos de control para evitar excesos desde el poder.
Pero pese a ello, es necesario recalcar que modelos como el de Bukele y con sus propias características, el de Milei son los que reclaman en Latinoamérica. En su momento fue precursor de ello el Presidente Fujimori que no solo derrotó al terrorismo sino al mayor desastre económico y social de los años 80's.
El Perú y sus ciudadanos miramos lo hecho tanto por Bukele y Milei y aspiramos que surja un líder con esas características y rescate al Perú de la delincuencia, corrupción y falta de futuro.
Aún estamos a tiempo y felicidades al pueblo salvadoreño.
Dios bendiga a El Salvador¡
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