jueves, 1 de febrero de 2024

¿SERÁ POSIBLE?

 

Hará un par de días fue detectado un cargamento de siete toneladas de cocaína provenientes de Bolivia. Una cantidad significativa en términos absolutos pero insignificante en términos relativos (no representa ni el 1% de la producción anual en Perú).

Sin embargo el problema no es la existencia  de drogas como la cocaína y marihuana sino también de drogas sintéticas, mucho más potentes y adictivas.

La tolerancia con que se ha permitido el avance del consumo ha tenido como correlato el aumento de la producción en zonas como el VRAEM que no tiene una respuesta eficiente desde el Estado. ¿Se puede y no se quiere o se quiere pero no se puede?

¿Qué hacer con los millones de guiñapos humanos destruidos por las drogas? Países europeos han terminando ofreciendo "lugares seguros" donde se droguen y las autoridades estatales y nacionales estadounidenses no tienen respuesta ante el avance de ejércitos de zombies a lo largo del país del norte.

Muchos liberales han sostenido que la guerra contra el narcotráfico está perdida y es hora de liberalizar el consumo (y por ende la producción) de ciertas drogas; como si el camino no conduce inexorablemente hacia drogas llamadas "duras".

El camino es la educación y la formación desde temprana edad. Los hogares y escuelas deben ser los primeros escalones de contención. Ni un drogadicto más. Pero ahí no debe quedar la cosa. Es hora de la mano dura contra el narcotráfico y el combate a sus circuitos financieros.

Se requiere gente de acendrados valores que estén dispuestos a dar batalla antes que la humanidad sea destruída. 

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