Hará un buen tiempo profesionales de diversas especialidades (periodistas, historiadores, sociólogos y otros) vienen escribiendo sobre el fútbol y sus diversos actores, entre ellos los hinchas.
El fútbol es un deporte que despierta pasiones de todo tipo y que se desbordan a niveles inimaginables incluso a situaciones delictivas.
Está claro que el accionar de los hinchas ha cambiado en los últimos años, distinguiéndose los que asisten al estadio e incluso alientan en familia junto con sus menores hijos y aquellos que provocan desmanes al salir del estadio o ni siquiera asisten al estadio pero igual provocan situaciones violentas.
El problema de las llamadas "barras bravas" no escapa de la problemática que representa la destrucción del núcleo familiar, la falta de valores inculpados desde temprana edad en los hogares y colegios y por qué no decir a situaciones de rebeldía, búsqueda de pertenencia y falta de imágenes paternas producto de lo antes dicho.
El problema de la violencia y consecuencias derivadas ha sido analizado en muchos libros pero nunca se ha puesto en marcha medidas que busquen la solución a ello. Los hinchas violentos han sido "objeto de estudio" mas no "sujetos a los que hay que hay que ayudar a cambiar".
El otro día a raíz de lo sucedido en Nocheto,dos Santa Anita escuché a Jean Ferrari, Administrador Temporal de Universitario zanjar con los hinchas violentos pero mejor hubiera sido que además se propusiera una serie de medidas para encarrilar a jóvenes que buscan salidas para sus vidas. Qué interesante sería si la U como Institución buscara conjuntamente con profesionales especializados apoyos psicológicos, bolsas de trabajo, posibilidades de formación profesional y otros.
Todo ello no quita el extirpar a delincuentes infiltrados. A los violentos se les puede reeducar, a los otros les debe caer el peso de la ley. Combatirlos es parte de la tarea de un gobierno incapaz de combatir la delincuencia y la inseguridad.
No olvidemos que muchos de los integrantes de las diferentes barras son jóvenes que buscan una vida mejor, ¿por qué el club no se convierte en vehículo de transformación social?
Busquemos salidas para quienes las necesitan. Las salidas policiales corresponden al Estado y sus instituciones.
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