Ya habíamos comentado algunos hechos censurables cometidos por algunos actores del fútbol peruano; censurable para quienes creemos que la palabra empeñada vale más que un papel con tinta llamado contrato.
Desgraciádamente se ha vuelto una mala costumbre ofrecer algo y luego incumplir aduciendo que tiene "el derecho" de escoger en donde trabajar. Justamente para personas como ésas existen las llamadas claúsulas de rescisión.
Hoy el fútbol es un negocio, se contrata por millones y se pagan sueldos exorbitantes porque los financieros de esos clubes ya proyectaron utilidades que lo justifiquen. Sino, cómo es que árabes, españoles, ingleses y estadounidenses pagan cifras de varios dígitos a jugadores aún vigentes y a otros que están a punto de dejar de serlo pero son aún imán de taquillas, sponsorías y otros.
Eso ha ocurrido con la UCV, un club de media tabla de la Liga1, que pensó que había hecho el negocio de su vida contratando a Paolo Guerrero, un jugador de 40 años que tras su exitoso paso por el LDU de Ecuador se quedó sin propuestas.
Después de decir que "él sólo jugaba en ligas importantes" terminó aceptando la jugosa oferta del Vallejo. Sin embargo, al parecer, estaba ganando tiempo para tener una propuesta que realmente le interesara.
Los pretextos -las amenazas a su madre y la negativa de su esposa para vivir en Perú- de pronto "justificaron" su anuncio de desistir de jugar en Trujillo. Guerrero incluso ha dicho que "si esos tipos (los Acuña)" no le aceptan su berrinche de irse del Vallejo, él se retira del fútbol. Lo cierto que un jugador de 40 años está ya al borde de la despedida, máxime con las lesiones propias de las exigencias del fútbol moderno (incluso más de 50 partidos por temporada).
¿Qué harán los Acuña ante esta evidente irresponsabilidad y caprichos de un deportista profesional con poses de divo? Guerrero se mantiene en su negativa porque ¿no quiere jugar en Vallejo y prefiere quedarse sin jugar o porque ya tiene una propuesta de otro club, de esos que dan la vuelta para quitar jugadores con contrato?
Guerrero aduce que no habiendo Vallejo desembolsado ni un sol pierde "nada". ¿Le habrán explicado lo qué es lucro cesante? ¿Estará dispuesto a indemnizar a empresarios que han confeccionado camisetas y otros souviniers con su nombre y éstos le iban a pagar a la UCV un porcentaje de sus ventas?
Lo cierto que un suceso de poca importancia como el lió laboral entre UCV y Guerrero pone en la mira el problema insoluto y que se profundiza como es la inseguridad en el Perú. Esto quizás -ojalá- sea resuelto pero el problema de fondo -y cuya solución demandará el cambio de mentalidad de varias generaciones es la gran preocupación. Nos referimos a la falta de valores, a la justificación del obrar de quienes no cumplen con la palabra empeñada y a quienes finalmente no respetan a nadie so pretexto que "tienen derechos". ¿Y sus deberes?
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