MALA DECISION

 

Ver a ministros en la foto con los instigadores de la última huelga en el distrito de Machu Picchu es una pésima noticia; tan mala como las negociaciones a punta de piedras y que la venta de entradas al Santuario siga en manos de un Estado ineficiente.

El que una empresa privada se hiciera cargo de este proceso era un avance en medio de una grave denuncia de corrupción que prácticamente ha sido acallada.

A la inseguridad se le suma la presencia subversiva en el sur peruano, al punto que la Presidente de la República "no puede" ir a la región de Puno y es atacada vilmente en Ayacucho sin que las autoras de ese atentado hayan sido detenidas.

Desgraciádamente el Estado ha abdicado al deber de ejercer autoridad y los gremios empresariales del sector Turismo siguen hablando en voz baja. Después que no se quejen y menos aún los cusqueños que viven del turismo pero que no dudan en paralizar la vía férrea que conduce al principal destino de la región. Después, el fácil expediente de estirar la mano al mismo Estado que atacan.

¿Recordarán esos revoltosos el impacto que representa un turista que se va hablando pestes de las desgracias que vivió tras un bloqueo de carreteras o de la vía férrea? No solo son las pérdidas que sufren los operadores y los propios viajeros sino el retroceso del flujo de viajeros en el corto y mediano plazo. No son sólo las reservas anuladas en este año sino las del próximo año.

Toda la inversión en la FITUR se ha ido al agua, por la falta de capacidad para prever y manejar conflictos. Una mala noticia para un ministerio (Comercio Exterior y Turismo) y un ministro que venían trabajando bien.