LA MECEDORA

 

Siempre hemos relacionado a la mecedora con personas mayores que se balancean suavemente ahí hasta quedar dormidos; pero también el ingenio popular se refiere a ella cuando alguien intenta tontear a otra de modo "sereno" y aparentemente tranquilo hasta que ésta se olvida del motivo de su enojo o reclamo.

Hoy en día otra vez, por enésima vez, un presidente es sorprendido y tiene (está obligado) a dar cuenta de un hecho que podría tener consecuencias impredecibles. Me refiero a "los Rolex" (no sabemos cuántos) que usa la Presidenta Boluarte.

Sin embargo siempre habrá quienes salgan a justificar de una manera simplona lo que amerita una explicación detallada y por supuesto con pruebas; es decir someterse al escrutinio ciudadano. Por un lado el Contralor General de la República ("el médico legista de la corrupción") dice que la Presidente no está obligada a detallar su tenencia y por otro, el Presidente del Consejo de Ministros de una manera malcriada (y con una evidente intención de tapar el escándalo) nos dice qué "todo ya está explicado". 

Lo cierto es que la Presidente Boluarte ha dicho solamente que "los Rólex" son producto "de su trabajo de toda la vida", mas  nada adicional. ¿Podrá probar lo que dice?

Ante ello el Ministerio Público ha abierto una investigación para determinar lo que la Presidente Boluarte debería haber dicho hace días; o sea dónde compró los relojes, cuándo y con qué recursos.

No es una "gracia ni favor" el que deberá hacer Boluarte, pues siendo un personaje público que dirige los destinos del Perú está obligada a ser transparente, no ahora sino siempre. Recordemos que ella ha sido ministra y socia política del chorocomunista Castillo y por tanto hace tiempo debió indicar la tenencia de uno o varios relojes de alta gama, que muy pocos peruanos están en capacidad de comprar con el fruto de su trabajo.

Por la salud democrática esperemos que pueda esclarecer este tema, máxime que "la mujer del César no solo debe ser honesta sino parecerlo". Bastantes pillos y rateros han dicho ser inocentes y está claro que no lo son pues nos robaron a manos llenas y lo peor aún, se pasean libres "gracias" a una justicia lerda, incapaz y aparentemente permisiva.

Exigimos que en el más breve plazo, la propia Presidente salga y esclarezca este tema y no mande a "escuderos y piquichones" a intentar "sacarle las castañas del fuego" de una manera burda, pensando que somos algunos de los personajes que el gran Sofocleto describiera en una de sus obras que lleva el nombre de Los Cojudos.