Tras hacerse de conocimiento de la ciudadanía las prebendas que se perciben en la ineficiente PetroPerú como "la bonificación de escolaridad por hijos hasta 29 años", no queda duda que el Estado requiere una verdadera transformación donde prime la austeridad en el gasto, la eficiencia y el logro de objetivos y metas.
Es inconcebible que esto siga sucediendo tal cual ocurría en los peores años 80's. Por cierto el caso de PetroPerú no es único. Hará unas semanas en el diario Expreso se publicó las demandas del "sindicato" de la SUNEDU, tan disparatadas y salidas de la realidad que parecían una broma de mal gusto. ¿Alguien sabrá en qué quedó todo?
No dudamos en entender que el Estado para cumplir con sus tareas requiere remunerar bien al personal calificado pero de ahí a pagar "jugosos sueldos" a cualquiera que pueda "canjear su cv por favores de diferentes tipos", incluyendo "mochadas de sueldos" no solo es intolerable sino merece que sea punible. ¿Existe la Contraloría General de la República? Pareciera que no.
Al respecto, cabría preguntarse cuántos empleados trabajan en el Estado en todos sus niveles. Sabrá alguien contestar esta pregunta "tan simple" con un número exacto y no con "un aproximado" o como se suele contestar ("un promedio de").
Hasta cuándo seguiremos sin hacer una verdadera Reforma que incluya fusiones de ministerios, recortes de planillas y desaparición de inútiles siglas. Nadie lo.sabe ni lo plantea porque sencillamente es "políticamente incorrecto". Para ello se requiere mano firme como la tuvo en su momento el Alcalde de Lima Rafael López Aliaga; ejemplo que es imperativo que se siga. Ojalá que no volvamos a ser testigos cómo en el Congreso se dan "bonos de productividad", lo cual ya es un chiste.
¿ Seguiremos censurando en el Estado el uso de la palabra "austeridad"?
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