Ayer el congresista Fernando Rospigliosi -en su columna semanal en el diario Expreso- alertó con meridiana precisión sobre el peligro que significa un probable contragolpe del caviaraje para evitar la pérdida de su poder e influencia en sectores claves para "seguir gobernando" sin nunca haber ganado una elección popular, salvo la que ganó la corrupta Susana Villarán, cuyo mandato ya sabemos lo maligno que significó para la ciudad de Lima.
El caviaraje ha sabido "vender" la idea de que representa "la reserva moral de la Patria" , constituyéndose en "la sociedad civil", para lo cual ha fundado diversos "organismos generados" bajo el formato de organizaciones no gubernamentales (oeneges). Al inicio de la multiplicación de éstas, adoptaron pomposos nombres que confundieron a la sociedad, muchos de cuyos ciudadanos creían que eran "instituciones oficiales" del país, de la región andina e incluso internacional. O acaso no se pensaba que Amnistía Internacional era una organización oficial que imponía sus agendas a los diferentes estados quienes ingenuamente aceptaba sus dictados.
Las oeneges crecieron como hongos, fundadas por los mismos actores y recibiendo cientos de millones de dólares en más de cuarenta años. ¿Qué se logró con ello? ¿Se disminuyó la pobreza, la mortalidad infantil, los campesinos lograron mayor productividad, se mejoró la calidad educativa, hay un mejor Sistema de Justicia y cuántas micro y pequeñas empresas lograron dar el salto de crecimiento?
¿Cuántas directivos de oeneges aportaron a los damnificados de los fenómenos climáticos, donaron oxígeno en la época del covid o cuántos comedores populares sostienen "con la suya"?
Mucho recuerdo un directivo de una oenege aficionado a la gastronomía que editó una lujosa edición de uno de sus libros, ¿ con qué recursos? ¿Qué aportó en mejorar la dieta e ingesta de proteínas de sectores en extrema pobreza?
Basta ya de tanta influencia negativa como la promoción del aborto, el ataque a las instituciones como las FFAA y Policía Nacional y la destrucción de los Valores Republicanos?
Pregunto sobre qué resultados produce la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI). ¿Hay un control efectivo sobre el uso y destino de los recursos recibidos de la llamada cooperación internacional?
Finalmente, ¿hay cifras oficiales sobre cuánto han percibido del Estado las principales oeneges por asesorías y consultorías y cuál sido su impacto en el bienestar de los ciudadanos?
Es hora que desde el Congreso, congresistas legislen sobre el uso de los recursos y promuevan una eficiente supervisión vía la APCI, institución que ya es hora que nos diga ¿qué hace?
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