Ayer en horas de la tarde el Perú tomó conocimiento que el regreso del Presidente Alberto Fujimori está más cerca de lo imaginaban muchos.
El pasado 15 de junio Fujimori se afilió a Fuerza Popular y cumplió un primer plazo y requisito para empezar el camino a las elecciones 2026.
El Perú está de nuevo en crisis, se vuelve a hablar de que corremos el riesgo de ser un país inviable "gracias" a casi un cuarto de siglo de gobiernos incapaces y corruptos, quienes lo único que han sembrado es odio, mentiras, pobreza y muerte.
El anuncio del probable regreso de Fujimori ha tomado por sorpresa a quienes pretendían formar alianzas y lanzarse al ruedo. A partir de hoy el panorama cambia y los odiadores y caviares han entrado en pánico.
Las mentiras y leyendas urbanas volverán a difundirse pero encuentran a un pueblo cansado de promesas. El pueblo olvidado y engañado no ha olvidado la imagen de Fujimori en el frente del Cenepa, retomando el control de las universidades capturadas por el terrorismo, el día 22 de abril de 1997 o aquel día encabezando la lucha contra la naturaleza en el Norte del Perú.
Cuando Fujimori asumió el mando de un país quebrado tuvo la valentía para tomar decisiones como aquel 8 de agosto de 1990. Con él derrotamos la hiperinflación y el terrorismo y el Perú desfallecíente volvió a abrir los ojos.
En los 10 años de fujimorismo hubo errores pero en la sumas y restas hubo superávit. Se pusieron los cimientos de un nuevo Perú, los pobres volvieron a tener esperanza, empleo, comida y salud.
Algunos dirán que Fujimori está "viejo y enfermo" pero eso no será un pretexto para que no vuelva a trabajar incansablemente para encaminar al Perú hacia un mejor futuro.
El Chino vuelve y las viejas estructuras crujen. Hoy el Perú vuelve a tener esperanza.
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