Lo escrito ayer respecto a lo acaecido con el tema "Tapia" ha dado lugar a una serie de comentarios a favor y en contra de lo manifestado; lo cual a su vez permite aclarar algunos conceptos.
El abogado Baldovino dice que lo que Tapia reclama es un seguro que en caso de lesionarse le permita seguir ganando un monto igual o similar a su sueldo. Sin embargo hay un detalle, él se queda sin empleo el 30 de junio pues su club Celta no le ha renovado contrato y Tapia queda en calidad de jugador libre.
Es cierto que si se lesionara (Tapia arrastra una serie de lesiones que lo hacen un sujeto de riesgo para las aseguradoras) podría estar un buen tiempo de para y sin percibir un dólar. Para ello lo que cabe no es un "seguro de desempleo" sino uno que cubra el tiempo de cualquier discapacidad temporal o permanente producto de la lesión. Ahora bien, el monto del seguro dependerá de muchos factores entre ellos la prima. Suponemos que la Federación Peruana de Fútbol le ha propuesto una alternativa pero que no es aceptada por Tapia porque como ha dicho "el vale más" (o sea él gana más o mejor dicho ganaba más).
El presente de Tapia es otro y si bien el fútbol es un deporte de riesgo (lesiones de todo tipo), ni él ni nadie hace un favor jugando por la selección. Todo lo contrario, él se hace un favor porque ello le da un plus a su cotización ("valor de mercado"), claro está si destaca y ayuda a que su selección destaque.
Hoy en día el fútbol profesional mueve cantidades siderales de dinero por todo concepto (compra-venta de pases de jugadores, merchandising, derechos de televisión, publicidad, taquillas, etc); ello hace posible pagos astronómicos a jugadores top e incluso sueldos muy por encima del mercado laboral en nuestra alicaída Liga1 pero a cambio el futbolista profesional es "exprimido", teniendo que jugar con mucha frecuencia e incluso en Navidad o Año Nuevo (Premier League). Ser futbolista es una carrera que dura en promedio hasta 20 años en los cuales un joven debe renunciar a muchas cosas y ser profesional de verdad.
El fútbol de antaño ya es historia (Torres y los 18 mil soles de entonces o los cracks de antes que murieron en miseria). Hoy detrás de cada futbolista hay todo un equipo que revisa sus contratos, ve sus patrocinios de todo tipo y sus contratos de publicidad).
Pero los que no son profesionales de verdad o no duran o fracasan. Solo en medios como el nuestro o hasta en Argentina (caso Boca Juniors/Marcos Rojo) suceden cada caso, los entrenadores y dirigentes son permisivos y algunos jugadores son llamados a la selección incluso como "invitados" pese a no jugar hace 8 meses o no tener "presente" (como el dt Fossati dijo respecto de Súccar). Un ejemplo contrario es Grealish de mala temporada 2023-2024 y de vida disipada por lo que el entrenador inglés Southgate lo dejó de lado en la selección que jugará la Eurocopa.
Pese a todo ello, tampoco es que los jugadores de fútbol sean unos sufridos trabajadores. Aparte de sus fabulosos sueldos, hoy en día un jugador de nuestra selección no podría ser alojado en el colegio Leoncio Prado, comer el rancho mejorado y usar zapatillas comunes y silvestres. Aún así la selección de México70 que tuvo esas condiciones es la de mejor campaña en la historia de nuestro fútbol.
Claro está que el tiempo cambió (y para bien); lástima nomás que muchos de nuestros futbolistas solo sean profesionales porque cobran y no por sus actitudes y rendimiento. Muchos de ellos si fueran simples trabajadores hace rato hubieran sido despedidos por baja productividad.
No basta creer que uno "vale más". Señor Tapia demuéstrelo no solo en la cancha sino en su conducta como profesional. Usted ni nadie nos hace el favor de jugar para que los veamos en el estadio pagando entradas carísimas que no se condicen con la calidad de su juego.
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