PIQUICHONES, TRADUCTORES Y OTROS

 

Quién mejor que el personaje Piquichón para reflejar la existencia de minúsculos personajes a lo largo de nuestra historia, quienes no solo llenaron de lisonjas sino de malos consejos a personajes que han ocupado losmás altos cargos en el Estado.

Estoy seguro que muy pocos recordarán a quién se arrastraba a los pies de Simón Bolívar, por cierto enemigo de nuestra Patria. Tampoco habrán pasado a la historia dos insignificantes personajes que planteaban la reelección de Alan García cuando empezaba su trágico gobierno de tan desastrosos resultados.

El personaje de Camotillo El Tinterillo (Piquichón) pasaría a un segundo plano y aparecieron "las geishas" que en vez de recomendar bien, aplaudían errores tan fuerte como más monedas caían a sus pies.

Tras el regreso de los mismos de siempre, surgieron "los traductores", personajes de una miseria moral inversamente proporcional al acierto de sus sugerencias.

Nunca han faltado estos personajes y por cierto los resultados han sido los mismos. En el poder muy pocos se preocupan en tener muy cerca a alguien leal pero crítico que sepa decirle "no" cuando sea necesario.

Con algunas excepciones, en los últimos 24 años los sobones son los mismos (o casi los mismos), con una inmensa capacidad para la deslealtad, cambiándose de camiseta tan inmediato como cae "su doctor".

Viene a mi memoria todos estos personajillos -al nivel de hominicacos- tras escuchar ayer al "ministro" de Educación proponer la vuelta de la reelección presidencial, por cierto de "la señora" o de "la doctora" (¿cómo la llamará?

Qué "preciso y oportuno" momento para proponer este despropósito, justo cuando la Presidente Boluarte es casi un error estadístico en las preferencias ciudadanas.

Lo que hacen las ansias de seguir cobrando un jugoso sueldo, sin resultado alguno y gozando de "sirenas y liebres"; pero al estilo del Doctor Merengue dirá que todo es por "la gobernabilidad e institucionalidad", repitiendo lo que dicen la derechita cobarde y  los dinistas de últimas hora o de hace algunos minutos.

Cómo diría el Tigre Tito Navarro y Pereyra: "Morgan, no seas baboso".