En el manifiesto del Presidente Noboa leemos con preocupación lo escrito respecto a "protección de los derechos humanos". ¿De quiénes? ¿De los terroristas que deberán ser enfrentados con el mandato constitucional que es conferido a las Fuerzas Armadas y Policía de Ecuador o los de los ciudadanos víctimas de esos asesinos?
En el Perú ya sabemos lo que significó el accionar de diversas oeneges -en su totalidad de corte comunista- que aparecieron tras los primeros esfuerzos para combatir la lacra terrorista en los años 80's. Todas ellas aparecieron con "el objetivo" de defender los "derechos humanos" ďe los terroristas que originaron un baño de sangre en nuestro país. Nunca defendieron a un militar o policía y menos se preocuparon por sus deudos.
Ni bien se iniciaron las operaciones antiterroristas, las Fuerzas del Orden fueron acusadas de desapariones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes de "lesa humanidad" (sic). Pasaron los años y cientos de militares y policías fueron perseguidos, acusados, enjuiciados, sentenciados y encarcelados por "el delito" de combatir y derrotar a las organizaciones terroristas.
Así como nosotros debemos mirarnos en el espejo del pueblo hermano del Ecuador; ellos deben mirar en lo qué sucedió en el Perú en los años del accionar terrorista y en los posteriores. Si bien el Congreso de Ecuador plantea blindar a los militares y policías que combaten al terrorisno; ello no es suficiente mientras no se combata el accionar de los brazos políticos del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, de las oeneges derechohumanoides que saldrán a "combatir los delitos de los militares y policías" y a los tontos útiles que se horrorizarán por las bajas terroristas pero callan ante los cientos de víctimas de esos delincuentes.
Que los ecuatorianos no olviden que los oenegeros izquierdistas no cesarán en atacar a las Fuerzas del Orden e incluso irán a la llamada 'justicia supranacional" para patrocinar a terroristas, tal como lo hacen en el Perú.
La derrota del terrorismo no sólo implica cortar sus fuentes de financiamiento (narcotráfico y organizaciones comunistas), sino combatirlo desde los planos ideológico, político y cultural y ello tomará tiempo.
Que no se crea, como se pensó en el Perú, que todo termina en la derrota militar. Al terrorismo hay que extirparlo de raíz en las escuelas, universidades y en el propio Estado donde se han infiltrado hace buen tiempo.
Lo que suceda en los próximos meses deberá contar con el apoyo ciudadano y mano fuerte desde el Estado. Cualquier "agua de malva" no servirá para nada.
Ojalá que así lo entiendan no solo en Ecuador sino en nuestro país, atacado por el crimen organizado, que al igual que en Ecuador usa métodos terroristas.
No olvidemos, si camina como pato y grasna, es un pato. No hablemos con eufemismos. Combatamos al terrorismo, llamándolo como tal.
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PS: Inconcebible y cómplice estupidez de algunas "periodistas" que dicen que "al terrorismo se le derrota con superioridad moral" y que secuestrar es "un error juvenil".
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