¿SORPRESA?

 

Ayer ocurrió lo que muchos esperaban, vale decir la salida del Comandante General de la Policía Nacional, la cual fue acelerada tras la agresión a la Presidente Boluarte.

Sin embargo lo que causó sorpresa fue la dureza con que sustentó la decisión publicada en el diario oficial, que como bien dice el reconocido periodista Ricardo Sánchez Serra, las razones no se sustentan en ninguna de las consideraciones contempladas para cesar a un Comandante General pese a que se apela a una situación  de inseguridad pero con esa misma razón quien debió salir también fue el Ministro del Interior, responsable político del sector.

Y en esa misma lógica, otro que debió acompañarlos camino a la salida fue el Primer Ministro, que carga en sus hombros una serie de cuestionamientos, aún no esclarecidos.

Y si la inseguridad es una preocupación de la población, lo es también la crisis económica que sigue siendo un problema sin resolver para el ministro de Economía.

Habría entonces que preguntarse cuáles serían las  consideraciones de una deseada salida del ministro de la recesión. ¿Acaso "la empapelada" sería con la misma e inusual dureza?

Lo hecho ayer es un acto aislado y cuestionado  pues ya es hora de una renovación de un Gabinete donde se salvan el Canciller, el ministro de Comercio Exterior y Turismo y paramos de contar. ¿Por qué la Presidente Boluarte no es tan "brava" para decidir la salida de Otárola o para exigir la captura del sentenciado delincuente Cerrón?

¿Serán las razones del Oídor o son cosas del Orinoco que usted no sabe, ni yo tampoco?

Lo cierto es que si Otátola no sale pronto, termine yéndose junto con Boluarte antes del 2026.