El Perú siempre ha sido víctima de las agresiones de la sexagenario dictadura castrista, que a través de los últimos 65 años mantiene cautivos en la miseria y esclavitud al pueblo cubano.
Desde las primeras aventuras subversivas de Heraud y de Elías pasando por guerrillas de 1965, el accionar martaco hasta las asonadas de apoyo al ladrón y casi iletrado Castillo, lo único (o casi único) que Cuba ha exportado al Perú es odio y muerte. Sin embargo ningún gobierno (incluso ni el del Presidente Fujimori) rompió relaciones con esa dictadura abiertamente enemiga de las democracias, incluyendo la peruana.
La abierta injerencia cubana en nuestra política interna inexplicablemente no es combatida y más aún hoy en día con la presencia de quien funge de "embajador" (a) El Gallo; quien hace tiempo debió ser expulsado del Perú y las relaciones diplomáticas con Cuba suspendidas indefinidamente hasta que Cuba sea Libre.
Dicho esto y en virtud a ello no nos explicamos como una importante empresa del sector Turismo invitó al mencionado "diplomático" a la inauguración de una feria a la cual concurrieron importantes expositores e incluso representantes de gremios del sector y autoridades gubernamentales.
Todos los que conocemos la dinámica del sector sabemos el inmenso daño que han causado las algaradas subversivas en los diferentes puntos de nuestro país (Ica, Puno, Cusco y otros) con daños en infraestructura y pérdidas millonarias por reservas anuladas y viajes truncados a mitad de los programas.
Es por ello que nos causa enorme sorpresa que se les haya ocurrido esa infeliz presencia. Es como que al Bautizo o Primera Comunión de un pequeño familiar se invite a Don Sata.
Más criterio a la hora de invitar a alguien a un evento como al que ayer asistí. A los enemigos del Perú y de su Democracia, ni un banco con púas.
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