martes, 9 de enero de 2024

EMPRENDEDORES

 


Uno de los grandes males  ocasionados por "la narrativa" comunista fue estigmatizar a los empresarios negándose el papel promotor de la inversión y del empleo; en suma la creación de riqueza.

Desde el perverso Velascato, el empresario era "explotador" per se. El Estado se convirtió en el dador de todo, "el padre" que brindaba todo, no lo que los ciudadanos deseaban sino lo que "iluminados" burócratas decidían desde sus escritorios.

Pero la realidad primó. Desde un mundo informal que se rebeló contra un Estado dirigista, surgió un mundo de gente que emprendía, desgraciadamente no cumpliendo normas mínimas de legalidad pero que sirvió de colchón de sobrevivencia frente a la crisis de los años 80s.

Es así que surgen nuevas formas de llamar empresarios. Primero se habló de la Pequeña Micro Empresas, luego se habló de Sector Informal y luego de los Emprendedores. 

Hoy hablamos de emprendedores mototaxistas, de sangucheros, de emolienteros, artesanos, confeccionistas y otros. Las características de muchos de ellos son su falta de pago de impuestos, la mínima capacidad de reinversión, el autoempleo o la generación de empleo informal en sus círculos más cercanos.

Esa es la gran diferencia entre estos emprendedores y quienes a lo largo del tiempo crecieron dentro de la formalidad, quienes contribuyen con el pago de impuestos y la creación de empleo de calidad.

Sin embargo lo que los une es su capacidad de arriesgar, de invertir y crear riqueza. Sin ellos, el comunismo hace rato habría impuesto su malévola ideología.

Es en este escenario que se me viene a la mente la fuerza y capacidad de un amigo, de hace más de 40 años, que pese a todo sigue apostando por el Perú, con la intensidad de un joven. 

Pese a no poder decir su nombre, sirvan estas líneas para felicitar a mi amigo PMC. El Perú necesita a miles como él y a muchos que luchan cada día para hacer crecer sus empresas.

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