Así como las personas, los países tienen un pasado que explica su presente e influirá en el futuro inevitablemente.
Querer olvidar el pasado o sobredimensionar los aciertos y sublimar los errores solo hará que tarde o temprano situaciones vuelvan a repetirse.
¿Acaso hemos olvidado como la falta de un proyecto común y la desunión no ocasionaron casi tres décadas de luchas fraticidas al inicio de la República o cómo la corrupción es un mal que está presente desde aquellos años? ?¿O olvidamos cómo muchos pillos hicieron fortunas con "la deuda de la Independencia" o cómo se dilapidaron las riquezas producidas por el guano, el salitre, el caucho, la anchoveta y otros?
¿Cómo es posible que asesinos como Guzmán , Polay, los corruptos de Lava Jato o el genocida Vizcarra no sean señalados como tales por algunos y el Presidente Fujimori, reconstructor del Perú siga siendo perseguido o el Presidente Leguía no sea reivindicado aún?
Hoy en día gran parte de la juventud no sabe lo qué ocasionó el terrorismo y éste sea llamado "conflicto armado interno" por asolapados cómplices o tontos útiles. Lo peor de todo es que desde el Estado mismo se financie ese desconocimiento y olvido.
El Perú es la tierra de la impunidad. Nadie paga sus culpas y delitos si es amigo del caviaraje. Incluso es inconcebible cómo una fiscal puede decir que los acusados tienen que demostrar "su inocencia" y a la par delincuentes caídos en flagrancia salen de la cárcel para seguir delinquiendo como los secuestradores de una joven empresaria.
El Perú está al borde de una implosión a raíz de una guerra entre operadores del Sistema de Justicia, un Congreso cuyas decisiones no son respetadas y su propia reputación está por los suelos y una Presidente tanto o peor que el Congreso.
Ya hemos pasado por situaciones como las que vivimos hoy. Olvidar las consecuencias hará que no pongamos atención a lo que podría venir. Ya sabemos qué sucederá.
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