SI HAY SALIDA

Últimamente en mi cuenta de Facebook he estado preguntando a mis seguidores sobre sus recuerdos del Centro de Lima asociados a La Colmena, el Sky Room del Hotel Crillón, las panaderías, los cines y tantos otros recuerdos que han revivido gracias a la memoria que quiénes respondieron a mis inquietudes.

Desgraciádamente la convulsión social que vivió el país a partir de mitad de los años 70's empezó a alejar a los limeños del Centro Histórico y todo comenzó a desmoronarse. Años después solo el Alcalde Andrade hizo algo buscando cambiar un lugar en decadencia.

Hoy se ha avanzado muy poco en devolver la prestancia al Centro de Lima. Las principales vías del Centro siguen siendo caóticas e inseguras, algo que de ninguna manera va atraer inversión privada que ocupe los miles de m2 desocupados y transforme La Colmena, Tacna, Jirón de la Unión y Abancay así como la Plaza San Martín, Plaza 2 de Mayo y Parque Universitario.

Un amigo me llama la atención instándome a qué no solo critique o señale lo malo sino que plantee soluciones. Lo he hecho por largos años y en varias oportunidades me he acercado a las diferentes administraciones de la Municipalidad de Lima para sugerir algunas propuestas sin ser escuchado. 

Un claro ejemplo de lo qué sucede es lo poco que se ha hecho para celebrar el Centenario del emblemático Hotel Bolívar (iniciativa privada que debió unirse con el gobierno municipal y el Ministerio de Cultura).

Ni qué decir del gran Teatro Colón cerrado hace más de tres décadas. 

Algo se ha avanzado en la peatonalización de algunas calles de Lima pero en contraparte tenemos la remodelación de la Plazuela de San Francisco parada hace meses.

El Centro deLima tuvo hasta más o menos el 2014 un clúster de diversión en los alrededores de la Plaza San Martín, que incluía los históricos bares Zela, el De Grot (ex Negro Negro), el Directorio, el Munich, el Queirolo, el emblemático Embassy, el Yakana y otros. Varios "los mató" la burocracia, la inseguridad y el covid.

Hoy ir de noche al Centro no es ya una alternativa segura. La escasa iluminación ahuyenta a muchos.

Este panorama que golpea a Lima Histórica puede ser revertido. Basta que se escuche a quienes algo podemos proponer y que las oficinas municipales trabajen. La salida es promover la inversión privada y dar las condiciones que permitan que Lima resucite a través de su actividad comercial, cultural u turística.