El Perú es un país impredecible, donde cualquier cosa puede ocurrir, hasta que detengan al hermano de la Presidente acusándolo de ser parte de una organización criminal.
Todo parece ser parte de un enfrentamiento que no parece no acabar.
Ello ocurre justo cuando aparece la noticia del aumento del porcentaje de peruanos pobres, lo que aprovecha "un diario procastillista" para endilgar al "fujicerronismo" la responsabilidad de ello, olvidando con total desvergüenza que la actual Presidente fue elegida gracias a su apoyo, como cuota del prófugo Vladimir Cerrón.
Si bien han pasado 17 meses de desgobierno, tanto tiempo como el que duró el tiempo que el comunista Castillo robó; no podemos olvidar que esta debacle empieza con el gobierno del ollantanadinismo, vale decir hace 13 años.
Fuimos de los pocos que no nos subimos al carro del dinismo, alertando que no solo era inconveniente para el Perú sino que era la continuidad de los gobiernos incapaces y corruptos que lo antecedieron.
Hoy el tiempo nos da la razón a pesar que algunos demócratas ingenuos siguen apostando por la continuidad hasta el 2026, dizque "por el bien del país".
Es hora de dar fin a la nefasta continuidad. O se exige la renuncia o se le vaca a Dina Boluarte. No podemos ser ni comparsas ni tontos útiles de un "gobierno" que solo terminará destruyendo el Perú.
Ni le hagamos el juego al caviaraje que hoy se viste de "alternativa democrática justa", ni pongamos en bandeja el futuro a comunistas o radicales asesinos de policías. Construyamos una salida ordenada que permita reconstruir el camino al desarrollo, que no coincide con el interés de algunos de seguir pasando por caja o del Congreso o del Ejecutivo.
Limpiemos el sistema de justicia y el electoral de tal forma que se pueda organizar en un tiempo nuevas elecciones. El 2026 es muy tarde.
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