Bien dice el periodista Beto Ortiz cuando sostiene que "los buenos" no lo son tanto y algunos "luchadores" no son tan principistas como pareciera que lo fueran.
En estos días hay una ofensiva caviar para recuperar posiciones perdidas pero de pronto el motivo para enfrentarlos pasa por "defender el gobierno de Dina Boluarte" pues sino todo se cae. ¿Acaso escuchamos a esos "demócratas" proponer un acuerdo mínimo que tome distancia de este gobierno incapaz? Para nada.
Simplemente lo que se busca es alargar su vigencia, no por defender principios ni la viabilidad de la Democracia sino pareciera que los intereses son personalísimos y quizás ¿crematísticos?
Han pasado 17 meses de la caída del gobierno filosenderista y muy poco se ha hecho para recomponer la institucionalidad. Algunos pasos para poder justificar la vigencia de un congreso venido a menos y el permanente intento por interpretar los cuentazos del "lobo".
"No hagamos nada, sino vuelven los caviares", dicen algunos; como si en algún momento se hubieran ido.
Para estos "dinistas y neodinistas" no importa que el 87% de la población exija la renuncia de la Presidente Boluarte. "Son caviares encubiertos", dicen algunos a aquellos que nos negamos a ser furgones de cola o cómplices asolapados de la corrupción e incapacidad.
Para nosotros hay principios y nos negamos a sostener a la ex socia de Castillo y Cerrón. Su continuidad lo único que producirá es la destrucción del Perú pero no la de los bolsillos de quiénes prefieren apoyarla.
Sería bueno saber cuántos de esos ayayeros perciben algo por su vergonzoso apoyo.
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