En 1990 Alberto Fujimori fue elegido sorpresivamente Presidente de la República encabezando un entonces desconocido partido llamado Cambio 90 (C90) e integrado por desconocidas figuras.
Sin embargo, al parecer alguien le vendió la idea de que no era necesario el sostén de un partido político y poco hizo para institucionalizar C90. Tras 20 difíciles meses y luego del 5 de abril de 1992 se vió en la necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente para lo cual hace una alianza entre el primigenio C90 con un nuevo movimiento de tecnócratas que ya trabajaban en el aparato estatal. Este se llamó Nueva Mayoría (NM) y la alianza obtuvo una mayoría y con él apoyo de Renovación Nacional elabora la Carta Magna que fue la piedra angular de la Reconstrucción del Perú en la década del 90.
Fujimori no dió su brazo a torcer y para las elecciones de 1995, en las que barrió candidateó bajo el paraguas de la aún existente alianza C90-NM, activada solo electoralmente pero sin embargo para las elecciones municipales de 1998 presentó candidaturas con Vamos Vecino, un movimiento municipalista liderado por Absalón Vásquez.
Para las elecciones del año 2000 conforma el movimiento Perú al 2000 con el que gana las elecciones y con ello un tercer mandato, el cual no concluyó por las razones ya por todos conocidas.
¿Fue un error no cimentar un partido con bases ideológicas y estructura organizativa? Evidentemente sí. El fujimorismo lo sufrió en los años de la persecución y también cuando participó en los Congresos de este milenio cuando tuvo que apelar a llegados de última hora sin lealtad ni principios.
No obstante, los errores no se subsanaron sino se persistió en ellos. "Alianza para el Futuro (AF) y Fuerza 2011 (F2011) fueron los membretes con los que se participó en las elecciones del 2006 y del 2011. También se organizó el movimiento Sí Cumple en los inicios del milenio.
Sin embargo ya de cara al 2016, se intentó organizar un movimiento duradero el cual fue Fuerza Popular (FP), sobre la base de F2011 pero con las deficiencias de siempre. No había bases ideológicas y por tanto nadie sabía qué representaba. Menos aún se fortaleció la organización y muchos dirigentes primigenios se alejaron. El llamado fujimorismo fue considerado un movimiento cuyos representantes no eran escogidos por las bases sino por ser "hijo de o allegado de aquel". Es tan cierto ello que no más de ocho mil peruanos están afiliados en el que en un momento fue "el partido" más importante.
Fuerza Popular perdió ajustádamente en las dos últimas elecciones generales con Keiko Fujimori como candidata. En el 2011 funcionó en contra el "antivoto" y en el 2016 todo apunta que se "perdió" habiendo ganado. No hubo firmeza para remontar esta situación.
En ambos casos, graves errores estratégicos, errores a la hora de escoger voceros o declaraciones contradictorias contribuyeron a las derrotas. Son recordados los dichos "matamos menos" de Trelles o lo declarado en Harvard por la propia Keiko, quien creyó que ello le serviría para bloquear los ataques del caviaraje. Craso error de apreciación que alejó a gente cuyo voto al final de cuentas no ayudó a consolidar una victoria casi segura.
A pesar de "la derrota" del 2016, Fuerza Popular fue la primera fuerza mayoritaria en el Congreso (inédita, dicho sea de paso) pero la calidad de los congresistas, la falta de una estrategia para enfrentar los ataques del ppkausismo y sus aliados así como la ausencia de un plan de trabajo confabularon para que poco a poco la fuerza mayoritaria se resquebrajara.
Salvo contadas figuras, muchos defeccionaron y cuando se tuvo que afrontar las traiciones y las agendas personales no hubo quién afrontará ello. Es increíble que en la campaña del 2016 y en los siguientes años no hubiera un vocero económico "del partido" sino "un invitado" que no tardó en alejarse tan pronto se perdieron las elecciones.
El que se suponía lideraría la bancada terminó siendo el peor cuchillo junto con un grupo de incondicionales a los que llamó "avengers". Así se manejó todo.
Incluso quienes debieron dar el soporte al trabajo parlamentario fueron elegidos por amiguismo e incluso sin contar con la lealtad debida. Salta a la vista el ineficiente trabajo de los asesores de Keiko Fujimori (responsables de la selección de candidatos) y la de un oscuro personaje que provenía de las canteras del popitoledismo. Un sinsentido que podría explicar lo mal que se hicieron las cosas. Incluso dentro de los 73 congresistas electos en el 2016 no hubo expertos en temas presupuestales y económicos lo que explica por qué se diera la presidencia de comisiones congresales afines a estos temas a gente sin formación alguna.
Si algo se debe aprender de ese desastre es "cómo no hacer las cosas". Un ejemplo para quienes estudien Ciencia Política o Historia.
Es menester decir también la inexistencia de un Estado Mayor en la crisis que condujo a la caída de PPK y el posterior apoyo a su Accesitario, sin fuerza alguna FP pagó caro su impericia, inexperiencia y a la falta de cuadros y dirigentes de verdad que lograran movilizar a las bases. Para ejemplos, bastan dos. El día que al Presidente Fujimori lo llevaran a la DINOES solo habíamos menos de 100 personas apoyándole y en los plantones a favor de Keiko Fujimori no llegábamos a ser ni mil. Por supuesto la gran mayoría de "fujimoristas" que trabajaban en el Congreso ni se aparecieron, salvo honrosas excepciones.
Qué decir de lo que ocurrió en el período entre la caída de PPK y el golpe del 30/de setiembre. Muchos terminaron tirando la toalla.
De los congresistas, muy pocos dieron la talla y los que la dieron ni siquiera fueron considerados en enero del 2020. Ello explica por qué advenedizos como Columbus y Valer hoy representen al "fujimorismo". Sus votaciones y participaciones son una verdadera vergüenza para aquellos que mantuvieron viva la llama a costa de sacrificios y lucha. Gente que nunca estuvo en las marchas y plantones de los primeros años hoy son quienes manejan "los destinos" de Fuerza Popular. Hablar de "destino" es un decir. ¿Tendrá destino y futuro?
Difícil decirlo. Ojalá que los tuviera, sobre todo por los militantes de base que creyeron y creen aún en el sentir fujimorista (no podemos decir "proyecto" porque realmente no lo hay).
Hoy FP está "haciendo el muertito". Sin hacer olas para que sus enemigos no les llamen "desestabilizadores". Sus votaciones son tan inexplicables, tanto o más que el cambio climático. Y ello ya es decir bastante.
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