Augusto Ferrando pudo tener muchos errores pero nadie le puede
quitar el mérito de ser descubridor de
grandes artistas a lo largo de los 30 años que duró TRAMPOLIN A LA FAMA.
Por citar algunos: Tania Libertad, Lucía de la Cruz y una
pléyade de cómicos como Melcochita, Carlos Alvarez, Hernán Vidaurre, el Chato
Barraza, Guillermo Rossini y tantos más.
Que un jovencito haya escrito
hoy sobre Trampolín no le quita para nada la importancia que tuvo de ser un
programa que unía a la familia durante horas. Trampolín a la Fama no era
solo Ferrando sino Leonidas Carbajal, la
Gringa Inga, Tribilín, Violeta Ferreyros, Chicho Ferrando y Otto de Rojas.
Ellos representaron el sentir de un pueblo que hasta entonces no era visible,
pueblo que era parte del show y por el cual recibía premios. No
era, como dicen algunos, que recibían algo por nada.
Largas colas se hacían, como dice
este jovencito, para ingresar y hacerlo era una oportunidad para llevarse un
premio o solo el gusto de haber sido parte de Trampolín.
El 11 de mayo de 1996, 30 años después de la primera emisión. Ferrando
se despidió con una frase que había acuñado (“Un comercial y…”) pero aquella
vez no dijo “.....regreso”, sino “…y no regreso. Hasta luego, hasta luego”.
Trampolín a la Fama desaparecía
de la parrilla de la televisión. Algunos intentaron imitar como Román El Ronco
Gámez, Carlos Alvares y Andrés Hurtado Chibolín; pero no fue igual nunca más.
Quienes como Magaly Medina o Martha Hildebrandt criticaron agriamente
el estilo de Ferrando fue porque no entendieron nunca la idiosincrasia del
peruano común, el de la Lima Popular que emergía y luchaba contra todo por
salir adelante.
A poco más de 21 años de la muerte de Augusto Ferrando será
tiempo para entender lo que fue el “fenómeno social” de Ferrando y Trampolín a
la Fama y que algunos “científicos
sociales” no quieran ganar un cuarto de hora de fama queriendo destruir un mito
que fue despedido por miles de personas pero que siempre existirá en el corazón
de todos aquellos que vimos Trampolín a la Fama y gozamos con las ocurrencias
de Augusto Ferrando Quiriquiño.
TRAMPOLIN A LA FAMA…SIEMPRE
CONTIGO¡¡¡
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