En los terribles días de las diferentes crisis que hemos vivido los limeños supimos darle la contra a la crisis y sobrevivimos gracias a nuestro ingenio y a la solidaridad ancestral expresada en la gente del barrio y de la familia.
"El hoy por mi, mañana por ti" se expresó en un plato sencillo que se vendía primero entre las personas allegadas y luego a círculos derivados de ellos, familiares, amigos, vecinos y otros.
Ese plato era la llamada "Pollada" cuyo ingrediente principal es el pollo (un cuarto o un octavo según el precio que se aporte), una papa, un pedazo de choclo, una ensalada con pocas pretenciones y su infaltable ají "pollero". A la cocción de los acompañamientos antecede la maridada de las piezas de pollo, que es el "alma" del plato cuya preparación incluye sal, pimienta, comino, ají colorado, vinagre y algún otro ingrediente que forma parte de los secretos del chef.
La Pollada al ser un plato "solidario" tiene un precio que incluye una colaboración para apoyar una necesidad o una causa de quien organiza la venta.
Al inicio era reparto a domicilio pero luego ya se comenzó a organizar fiestas que tomaban el nombre del plato y se les llamaba "polladas" donde se comía, tomaba cervezas bien heladas y se escuchaba y bailaba al son de Armonía 10, Los Mirlos o de música vernacular, música asociada al origen socioeconómico de quienes participan.
Así pues amigo lector si alguien le pide comprar "una tarjeta" para una pollada no deje de hacerlo y por supuesto no deje de ir. La solidaridad tiene una contraparte en el compartir, no es solo un pago o un estirar la mano.
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