Hará unos meses el inefable "muchachito loco" habló de que podría correr "ríos de sangre". Para muchos les pareció una irresponsabilidad más de alguien que no estaba en sus cabales; sin embargo el devenir de los meses ha traído consigo el riesgo de que esto suceda. El discurso del comunismo siempre será de odio y división y esta vez no podía ser diferente.
Anteayer leíamos al certero analista César Campos reiterar el peligro de que el Perú caiga en el caos y en una probable guerra civil; entretanto ayer el diario Expreso reitera sobre esta posibilidad no deseada; la que pareciera ser la última salida que le queda al corrupto para evadir las cada vez más consistentes denuncias que pesan en su contra.
Sin embargo Castillo no las tiene consigo con una popularidad en caída libre (aunque algunos no quieran verlo). ¿Qué les queda? Tan solo sectores radicales asalariados o los restos del terrorismo comunista que asoló el Perú en los 80s y que en estos días han sufrido un duro golpe en su bastión del VRAEM.
El Perú está listo para responder a las pretensiones violentistas, pese a que no pareciera. No olvidemos el último pronunciamiento del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, las declaraciones no tan lejanas del General PNP Arriola (DIRCOTE) y las hechas por un un ex alto jefe del Comando Conjunto quien manifestó que las FFAA intervendrían en un caso extremo de caos que ponga en peligro la continuidad la existencia del Perú como Nación libre.
Para leer el presente no hay que olvidar el pasado. Naciones hermanas ya supieron responder a situaciones similares en el pasado.
A los irresponsables llamados del comunista Castillo y sus cómplices hay que responderle con firmeza y sin temor de incluso de parecer exagerados. El resentimiento que emana del discurso de odio de Castillo y sus socios, no pasará.
Si los comunistas se atreven a alzar un fúsil contra la Patria, habrá que responderles con todo.
Quién juega con fuego, tarde o temprano se quema. No lo olvide comunista Castillo.
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