Hoy 25 de diciembre es la celebración más importante de la Cristiandad, la Navidad; día que conmemoramos el nacimiento de Dios hecho Hombre, que vino al mundo para salvar a la humanidad. Creemos ello basados en nuestra Fe y en la Esperanza de un mundo mejor
Esas Virtudes Teologales también nos sirvieron hace 33 años para salir del precipicio en que nos encontrábamos como país. Hubo un líder, el Presidente Fujimori que hizo lo que tenía que hacer, pese a haber ofrecido lo contrario.
Hoy el hermano pueblo de la Argentina está casi igual como estaba el Perú en 1990. Ellos tienen a un líder como el Presidente Javier Milei que ofreció una salida dura. Los argentinos mayoritariamente "compraron" esa receta con fe en lo que podría hacer Milei y con la esperanza ("expectativas positivas") de que saldrán adelante. La apuesta no fue una "salida alpinchista", todo lo contrario, fue un voto consciente y digno.
Mi hermano Máximo Carlos, que ha vivido casi 45 años en Argentina, es testigo de lo que sucede en Argentina. Las expectativas son un motor que explican el comportamiento de los agentes económicos y ello hace que "la rueda siga girando" y los precios comiencen a estabilizarse, entre ellos los de la carne, un ingrediente infaltable en la dieta gaucha. Un ejemplo de esto y que no deja de sorprenderle son las parrilladas concurridas y las compras navideñas. Buena señal.
Máximo Carlos me cuenta que la gente ha aceptado que tendrá que transitar meses duros pero creen que volverán a ser la Argentina grande. Ojalá que esta esperanza la tuviéramos hoy los peruanos. No es así. La gran mayoría ve con pesimismo el futuro y no cree en sus gobernantes y clase política. Desgraciadamente no hay una propuesta que éstos nos ofrezcan y "los versos" de la Presidente Boluarte ("vivimos en calma y paz") nadie los cree.
El Perú requiere urgente un líder que lance un mensaje de optimismo. No podemos darnos el lujo de tirarnos al abandono y pensar que no tenemos una salida.
Que el espíritu navideño llene nuestros corazones e ilumine a un demócrata que encabece un llamado a la prosperidad.
Que Dios bendiga al Perú y a la Argentina.
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