En el recordado festival de Woodstock (1969) apareció una gran banda llamada Ten Years After (Diez años después); ayer no fueron diez sino más de trenticinco años tras las cuales volví a encontrarme con amigos de la época en la que teniamos alrededor de treinta años.
En este reencuentro nos acompañaron dos más a los que ya había visto no hace mucho. El tiempo pasa volando pero a la vez pareciera ser imperceptible. Con algunos años más, los recuerdos de los años que compartimos aulas universitarias fluyeron. Nombres, hechos y situaciones fueron recordados. Ellos fueron parte de "los años felices" en los que teníamos el deber de estudiar y quizás ningún otro importante.
Los años pasaron y cada quien tuvo logros y encaminó su vida como lo soñó en aquel tiempo de la primera juventud. Hoy cada quien recordó y compartió evocando a aquellos que no estuvieron y también a quienes partieron a la Eternidad.
No hubo agenda alguna. La conversación se llevó a cabo recordando lo sucedido hace cuatro décadas y también lo que nos sucedió hace poco como el viaje de Gustavo, los preparativos de Percy y las preocupaciones académicas de Rafael y Enrique.
Para mí fue un grato reencuentro, escuché interesantes puntos de vista y reflexiones así como "trajimos a valor presente hechos del pasado". Por supuesto éste fue positivo y sirve como combustible para seguir adelante.
Entre sánguches, jugos, café, té, Coca Cola y omelettes se pasaron las horas y fue momento de despedirnos. Que se repitan estos reencuentros y los que no pudieron estar, ojalá nos acompañen en uno próximo.
Como diría una antiguo eslogan publicitario; "hasta la próxima Pasteurina".
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