Milei dijo que prefirió decir una verdad dura y no una mentira agradable. Cómo hubiera entendido ello el joven Alan García en 1985, quien prefirió la farra (que duró 26 meses) y no el ajuste necesario frente a la crisis heredada del desastroso segundo gobierno del Presidente Belaunde (¿ya lo hemos olvidado?).
En 1990 el Perú vivía una crisis descomunal; hiperinflación, devaluaciones (sin exagerar, cada hora) y terrorismo. Sin embargo el Perú votó por Alberto Fujimori que no ofreció un shock pero que finalmente lo hizo y con ello empezó la resurrección de un país que prácticamente estaba quebrado.
El pasado noviembre (y aquí hay una gran diferencia) Argentina votó por alguien como Milei que ofreció un camino difícil y duro. Esa es la gran novedad y merece ser digna de análisis. No fue un voto "alpinchista" sino un voto digno y de esperanza. No podía ser que se eligiera al ministro de Economía del desastre kirshnerista.
La actual crisis argentina no es comparable a la peruana de 1990. Quizás lo que la distinga es la magnitud de la deuda y el déficit fiscal. En tanto en el Perú de 1990 la hiperinflación galopaba y el terrorismo golpeaba con la complicidad de la izquierda parlamentaria de entonces.
En la Argentina de hoy no hay terrorismo pero sí una avezada delincuencia que como en el Perú ataca a diario frente a la inacción del saliente gobierno del kirshnerismo y la poca decisión política de la Presidente Boluarte.
El Presidente Milei afronta una gran tarea y cuenta con el apoyo de "la calle" pero ¿tendrá un plan B frente a un Congreso donde es una minoría del 10%? Por lo escuchado a un analista argentino pareciera que primero esperará y eso no significa que no evalúe salidas.
¿Qué esperar en el Perú? ¿Aparecerá "un Milei"? Por fortuna y pese a 23 años de raterías e incapacidad (con una pausa en el periodo 2006-2011) la crisis económica (recesión y caída en la inversión privada) y la inseguridad se puede enfrentar con gestión. El tema pasa por la creciente desinstitucionalidad e informalidad, el contraataque caviar y el peligro latente de movimientos terroristas.
Argentina ya se levantó y empieza a caminar. ¿Nosotros? En estos días un cuestionado Congreso debería hacerle frente al golpe caviar en la Junta Nacional de Justicia. Además de ello, ¿hasta cuándo un fatal Jurado Nacional de Elecciones pondrá en peligro el futuro democrático al convalidar un partido violentista como el del asesino de policías o el de un genocida golpista y corrupto?
Así como en Argentina hay caraduras que tienen el cuajo de negar el desastroso estado que se vive; aquí hay quienes pretenden lanzar a un candidato salvador proveniente de la izquierda "moderada" (léase caviar); sector que ha cogobernado en los últimos 23 años sin ser sino un minúscula fuerza electoral.
El Perú requiere que los sectores democráticos planteen una salida seria (y no la de un aventurero o caballo de troya). Felizmente no necesitamos un shock económico pero sí de gestión, de honestidad y de institucionalidad democrática.
Dios bendiga a nuestra Patria y a Argentina, pueblos hermanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario