viernes, 5 de julio de 2024

HACE 79 AÑOS

 


Hace un poco más de 79 años Alemania firmó su rendición tras casi seis años de guerra, en la cual murieron millones de personas.

Alemania volvió a pasar por el trauma que había sufrido 27 años atrás capitulando ante los Aliados y los Soviéticos. Un país destruido y con ello social y económicamente quebrado tuvo que volver a empezar. Millones de sus jóvenes y niños habían muerto, vale decir las generaciones que le daban continuidad como Nación.

Pero no hubo tiempo para lamentos. Hubo un gran líder como Konrad Adenauer y millones decididos a levantar un país quebrado con trabajo y sacrificio.

Quién iba a pensar que nueve años después (1954) serían campeones mundiales en Suiza y ventisiete años después (1972) organizarían unas Olimpiadas en la ciudad de Munich.

Estos dos acontecimientos podrían parecer anecdóticos si tras ello no hubiera habido un país pujante que se levantó de las cenizas y la destrucción.

Quien fuera hoy a Alemania, jamás pensaría que ciudades como Berlín, Frankfurt, Hamburgo o Munich habrían sido destruídas y solo la previsión permitió guardar los planos de esas y otras ciudades para ser reconstruidas  como  fueron antes de convertirse en escombros.

Hago este recuerdo para reflexionar y preguntar por qué nuestro país no puede ser un país desarrollado y por qué tras casi treinta años de la derrota del terrorismo, aún no podemos sacudirnos de la infame herencia de esos años.

¿Por qué tras el año 2011, en vez de avanzar hemos retrocedido progresivamente. ¿Por qué no ha habido un líder que conduzca al Perú  hacia el desarrollo y combata agendas malignas?

Sería bueno vernos en el espejo de Alemania y por qué no también en el de Japón, otro país destruido tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y que en pocas décadas volvió a ser grande.

Es hora de fijarnos objetivos y metas. No es posible que aún muchos pueblos no tengan servicios básicos y estén conectados con el mundo, como señalaba ayer el Congresista Anderson en su columna del diario Expreso. No es posible que sigamos teniendo instituciones de dónde brota pus y en vez de promocionar Valores se fomente la muerte y destrucción de la Fé, la Patria y la Familia.

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