martes, 9 de abril de 2019

DON ROBERTO DOY: "COMO ACOMODA COMODOY"

“Cómo acomoda Comodoy” decía Pocho Rospigliosi y Augusto Ferrando gritaba; “Comodoy te regala..”. Los dos más escuchados espacios en la radio y en la tv de los 70s y 80s propalaban publicidad de una de las más grandes empresas fundadas por un peruano. Me estoy refiriendo a Comodoy y a Don Roberto Doy Sakuray, un nikkei de padres japoneses que vinieron de Fujinomia y se asentaron en Los Barrios Altos donde nació Don Roberto.

El padre de Roberto Doy murió a temprana edad dejándolo al mando de una pequeña tienda de muebles y con los sueños truncos de ser médico. Nos quedamos sin un seguro brillante médico pero el empresariado peruano ganó a un puntal que creó puestos de trabajo y una serie de líneas de productos para el hogar exitosísimas.

Al inicio, sus famosas camas se pensaron para usarse en el camping como se hacía en México pero fue un brillante marketero chileno quien le sugirió que sus camas fueran para la casa, para los huéspedes que se alojaban por algunos días y que por su versatilidad podían ser guardadas fácilmente mientras no se usaran.

Así fue. A las camas siguieron muebles para el comedor, la cocina e incluso para la sala. Don Roberto junto con su hijo Gerardo crearon una red de tiendas a nivel nacional con una estrategia de ventas innovadora que les permitió alcanzar niveles de ventas extraordinarios.

Comodoy fue quizás la única marca peruana que era usada genéricamente por el consumidor; vale decir que cuando se pedía una cama del tipo que ellos fabricaban se decía “denme una Comodoy” tal cual muchos consumidores piden un Quaker, una Gillete, una Frigider o una Ña Pancha, cuando desean avena, una máquina de afeitar, una nevera o un detergente.

Don Roberto es un hombre de gran corazón que colaboró activamente cuando la Patria lo requirió en la Campaña de la Cordillera del Cóndor o cuando fue requerido para donar camas para un albergue de niñas maltratadas; por citar dos casos.

Hoy en día ya en el retiro, los trabajadores que laboraron con él, sus clientes, proveedores y todos aquellos que lo trataron alguna vez lo recuerdan con afecto y respeto. Roberto Doy fue un visionario y una empresario que hizo del día a día la universidad donde se graduó con honores. Creando riqueza y bienestar.


Comodoy con el tiempo dejó de existir pero quedó grabada en la mente de los consumidores y un cartel publicitario inmortalizó la marca en una brillante fotografía donde sirve de fondo de la celebración de un gol de Juan Carlos Oblitas en la Copa América del año 1975.

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