jueves, 11 de abril de 2019

SIEMPRE LISTOS: DR. ELIAS MENDOZA, FRUCTIFERA LABOR

Hay políticos que tras su paso por el Congreso se convierten en “nada”. La ciudadanía los castiga con su olvido en muchos casos y con su desprecio en otros.
Sin embargo en esta ocasión me referiré a alguien que debe ser recordado, no quizás por su paso por el Hall de los Pasos Perdidos aun habiendo sido Presidente de la Cámara de Diputados y también alto dirigente de Acción Popular, sino por su trabajo con los Boy Scouts y por su labor que transformó el centenario Club de la Unión, uno de los privilegiados vecinos de la Plaza Mayor.
Para algunos quizás esto último no debería ser motivo de reconocimiento por ser este club una institución privada; sin embargo se equivocan.

Siendo Presidente del Club de la Unión, el Doctor Elías Mendoza Habersperger tuvo la gran iniciativa de acoger a los Clubes Departamentales en la sede del club y organizar días celebratorios donde cada club departamental era el anfitrión. Importantes personajes participaron como expositores y la problemática de cada región (entonces departamento) fue expuesta, debatida  presentándose alternativas de solución.
Es entonces que la realidad de las provincias era dada a conocer ante nutridos e importantes auditorios. Ello desapareció con el tiempo y esas instancias de participación ciudadana también.
Mucho se habla de renovar la política y la participación de las personas;  pero no se recurre a estas instancias que se convierten finalmente solo en puntos de encuentro para fiestas patronales o similares.
No solo en Lima existen estos clubes departamentales sino también los provinciales e incluso distritales. ¿Se imagina estas instituciones a los que los congresistas deberían ir y recibir iniciativas y presentar propuestas? ¿Por qué no?

Lima es una ciudad donde solo el 55 % de sus habitantes han nacido en esta ciudad y solo el 28% de los migrantes se siente “limeño” (datos del observatorio ciudadano “Lima, cómo vamos”). En mi caso nací en Lima y mi padre era de Huancayo y mi madre del Callao.
Esto nos hace reflexionar que una tercera parte de  los habitantes de Lima vive desarraigada y es por eso la importancia de que existan puntos de encuentro para  estas personas que seguramente añorarán su tierra y sus costumbres. Lo expuesto también explica muchas veces la conducta de muchos habitantes de la ciudad que no la cuidan porque “no la sienten suya” y ello al menos es entendible.
Ojalá exista alguna iniciativa para que el Club de la Unión retome esa participación valiosa y los clubes departamentales, provinciales y distritales sean partícipes de la vida democrática como grandes foros donde salgan soluciones en beneficio de su terruño y del Perú. Preguntémonos nomás ¿qué papel ha desempañado el Club Apurímac en el presente conflicto de Las Bambas? La palabra de sus asociados no solo es necesaria sino importante.


Entre tanto, un homenaje al Doctor Elías Mendoza (Lima, 9 de agosto de 1933); que alguien tome la posta de su fructífera labor.

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