El avance de la industria
alimentaria ha posibilitado el acceso a muchos alimentos que no nos imagínábamos
poder consumir sea por la temporalidad de su oferta o por los altos precios que
antes tenían.
Sin embargo hay sectores de
consumidores que han levantado su voz ante la presencia de ciertos conservantes
o ingredientes que hacen “potencialmente peligrosos” para la salud a determinados alimentos procesados.
¿Es cierto esto? No hay duda que los alimentos que se venden
como conservas requieren de ciertos ingredientes que permiten que se conserven
en una lata o envasados, pero hay ciertos abusos como las salsas que dicen ser
en base a “queso azul” pero no lo tienen. Creo que lo peor es no informar lo
que permite que el consumidor opte por comprar o no esos productos. Hay
productos con evidente presencia en exceso de azúcares, sodio o grasas pero de
ahí a generalizar y atribuirle a los alimentos procesados y envasados males y
daños a la salud que muchas veces no son ciertos es lamentable.
Recuerdo que esto siempre se dio,
por ejemplo desde la aparición en el mercado de lácteos procesados en vez de
leche fresca que se vendía vía repartidores que llegaban a nuestras casas; recién
ordeñada.
Es cierto que todo lo que
consumimos tiene presencia de elementos artificiales sea desde la comida que
comen las vacas de donde procede la carne que consumimos como las verduras
procesadas o tratadas en su crecimiento con determinadas sustancias. Hablar de
productos orgánicos o es una quimera o estamos hablando de productos con precios sustancialmente más
caros que la oferta que se vende en los mercados comunes y silvestres.
Justamente anteayer leía al
Gerente de una empresa de productos lácteos indicar los esfuerzos de su empresa
y de la industria en general de dismi tareanuir la presencia de sustancias
potencialmente nocivas pero critica la obligatoriedad de etiquetar los
productos casi cómo lo ha tenido que hacer la industria tabacalera. Un exceso
sin duda alguna.
Esperemos que la industria
alimentaria busque alternativas cada día más sanas o que nuestra capacidad de
consumo nos permita acceder a productos orgánicos más caros. Sin embargo
creemos que esto último no debe a conducirnos a la idea que solo los que tienen
pueden “cuidarse”; esto sería una discriminación terrible.
Finalmente, hagamos también
nuestra tarea siendo vigilantes de una industria tan importante como la alimentaria,
no solo porque nos provee lo que comemos sino por la importancia que tiene como
generadora de puestos de trabajo y divisas.
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